El Simbolismo Astrológico · oswald wirth . el simbolismo astrolÓgico . planetas, signos del zodÍaco, moradas del horÓscopo, aspectos, estrellas fijas

  • OSWALD WIRTHEL SIMBOLISMO ASTROLGICO PLANETAS, SIGNOS DEL ZODACO, MORADASDEL HORSCOPO, ASPECTOS,ESTRELLAS FIJAS
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  • El simbolismo astrolgicoContenido Introduccin………………………………………………………………………………………………………………………5Primera parte LOS PLANETASEl Septenario Fundamental………………………………………………………………………………………………….9El Sol………………………………………………………………………………………………………………………………11La Luna…………………………………………………………………………………………………………………………..13Saturno……………………………………………………………………………………………………………………………15Jpiter……………………………………………………………………………………………………………………………..17Marte………………………………………………………………………………………………………………………………19Venus………………………………………………………………………………………………………………………………21Mercurio………………………………………………………………………………………………………………………….23La GamaHumana……………………………………………………………………………………………………………..25Las Desviaciones Tpicas…………………………………………………………………………………………………..27Tradiciones Relativas al Septenario de losPlanetas……………………………………………………………….31Los Planetas Modernos……………………………………………………………………………………………………..35Segunda Parte EL ZODACOLa Eclptica……………………………………………………………………………………………………………………..39Aries……………………………………………………………………………………………………………………………….41Tauro………………………………………………………………………………………………………………………………43Gminis…………………………………………………………………………………………………………………………..45Cncer……………………………………………………………………………………………………………………………..47Leo………………………………………………………………………………………………………………………………….49Virgo……………………………………………………………………………………………………………………………….53Libra……………………………………………………………………………………………………………………………….55Escorpio…………………………………………………………………………………………………………………………..59Sagitario………………………………………………………………………………………………………………………….63Capricornio………………………………………………………………………………………………………………………67Acuario……………………………………………………………………………………………………………………………69Piscis……………………………………………………………………………………………………………………………….71Las TriplicidadesElementales…………………………………………………………………………………………….73Los Cuaternarios Zodiacales………………………………………………………………………………………………81Tercera Parte LAS CASAS DEL HORSCOPOLas Horas fatdicas……………………………………………………………………………………………………………87Las Doce Casas………………………………………………………………………………………………………………..89Las Casas Principales, Sucesivas yCadentes………………………………………………………………………..91Las Casas en Tringulo……………………………………………………………………………………………………..93Antiscio y Contra antiscio………………………………………………………………………………………………….95Las Casas y la Mitologa……………………………………………………………………………………………………97Casas y Signos Zodiacales……………………………………………………………………………………………….101Cuarta Parte LECTURA DEL HORSCOPO Dignidad o Desgracia de losPlanetas………………………………………………………………………………..109Los AspectosPlanetarios………………………………………………………………………………………………….111El Trazado delHorscopo………………………………………………………………………………………………..113La Interpretacin…………………………………………………………………………………………………………….115Las EstrellasFijas……………………………………………………………………………………………………………117CONCLUSIN………………………………………………………………………………………………………………1193
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  • El simbolismo astrolgicoINTRODUCCINHace cincuenta aos la Astrologa estaba muerta. La obra deEstanislao de Guaita no la menciona. Pero, cerca ya del siglo XX,la tradicin astrolgica renaci.Verdadera o falsa, dicha ciencia restituida utiliza smbolos, ytodo simbolismo debe ser estudiado como modalidad de expresin.Estos idiomas simblicos son mltiples, pero, parientes ms prximosque los idiomas fonticos, se fundamentan y explican entre s. As escomo los francmasones solicitan del Hermetismo la clave de susmisterios, sin desdear tampoco las veintids composicionesenigmticas del Tarot. Algunos smbolos se encuentran repetidamentepor todas partes e instruyen al examinarlos, No es este el caso delos Signos del Zodaco, fragmentos del conjunto del SimbolismoAstrolgico?Estamos aqu en presencia de un fenmeno de la intuicin. Ningnsimbolismo est tan admirablemente coordinado como el de losastrlogos. Todo se une con tal perfeccin que es imposible pensarque una organizacin tan perfecta no corresponda a una misteriosarealidad. Los soadores de la antigedad llevaron las cosas demasiadolejos, humanizando a los astros; percibieron correlaciones tansutilmente determinadas que las hemos rechazado como meraimaginacin. Pero, atencin: lo que nos impulsa puede ser algosubjetivo porque lo imaginario tiene ciertamente el poder deinfluirnos. Los cuerpos celestes adquieren para nosotros lasvirtudes que les atribuimos en virtud de correspondencias tansutiles que no han sido sugeridas ex nihilo. La Astrologa revelamisterios de la imaginacin, la cual no es realmente mas que unaspecto de la sensibilidad. Heredamos de los antiguos lo quesintieron, a su manera, sin razonarlo. Los antiguos fueronexquisitamente sensibles, mientras que nosotros nos jactamos de labrutalidad de nuestra inteligencia.Pero ste no es el asunto. La Astrologa ha prosperado demasiadoen nuestros das para que podamos ahora ignorar las correspondenciasentre los astros. Antes de llegar al extremo de calcular unhorscopo, hay que conocer los siete planetas y los tipos humanosque toman su denominacin de ellos. No saber distinguir a unsaturniano de un jupiterino o de un mercuriano, es no estarinstruido. Tambin debemos prever el caso en que algn astrlogorecite mal la leccin e interprete los signos del zodaco en contradel sentido comn. No conviene, pues, demostrar antes algo dediscernimiento? No es adems interesante establecer analogas entreel ciclo de veinticuatro horas de la revolucin diurna y eldesarrollo de la vida humana? El simbolismo astrolgico nos ensea aconocernos mejor a nosotros mismos, en nuestras diferencias yvariedades. Los creadores de la Astrologa supieron representar losfactores de las diferencias entre los seres humanos. No temamos,pues, someternos a su escuela para buscar la Palabra perdida entrenuestra verborrea filosfica!Casiopea, reina de Etiopa, corresponde a la Papisa del Tarot.Sacerdotisa del Misterio que permite adivinar las cosasocultas.5
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  • El simbolismo astrolgicoPRIMERA PARTELOS PLANETASEL SIMBOLISMO ASTROLGICO7
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  • El simbolismo astrolgicoEL SEPTENARIO FUNDAMENTAL Desde los tiempos ms antiguos, laobservacin del cielo nocturno hizo que los hombresdistinguieran ciertos astros entre la masa de estrellasesparcidas por el firmamento. Estos astros aparecen comoindependientes de las constelaciones, es decir, de las figurasformadas por las estrellas ordinarias, llamadas fijas en razn de lainmovilidad de las unas con respecto a las otras. Se les opusieronalgunos astros vagabundos, llamados Planetas, errante. Estasestrellas parecieron tanto ms caprichosas por el hecho de nomoverse siempre en la misma direccin. Avanzaban hacia las estrellasfijas en el sentido del Sol o de la Luna; se detenan pararetroceder luego, y se detenan de nuevo, antes de reiniciar lamarcha directa. Estos comportamientos hicieron que se buscara enlos planetas una afinidad con los hombres: se les busc atributoshumanos, lo que llev a distingos muy particulares.Estos astros errantes efectuaban en el cielo el mismo trayectoque la Luna y el Sol. Por tanto, se asimil estas dos grandesluminarias a las cinco estrellas errantes, y de ah surgi elSeptenario, que es primordial en Astrologa.Era natural atribuir la influencia ms poderosa al Sol, quedirige la actividad humana; vino despus la Luna, reina de la noche;despus, los Planetas propiamente dichos. Venus, la primera enbrillar en el crepsculo, cuando no precede al alba, fue notadadesde tiempos muy antiguos, lo mismo que Mercurio, pequeo astrorpido, que puede verse en los alrededores del Sol. Un astro rojo,de brillo variable, pero de decidido resplandor, fue consideradoagresivo y se convirti en Marte. El majestuoso jefe de los diosesfue reconocido en el hermoso planeta blanco que llamamos Jpiter. Sesiguieron finalmente los movimientos de un planeta sin resplandor,que pareca exiliado de las profundidades del espacio Saturno,considerado pesado y triste.Estas observaciones generales permiten colocar unos planetasjunto a otros, para hacer valer, por medio de la comparacin, suscaractersticas. La disposicin siguiente es, pues, muyinstructiva:Jpiter jSol Luna s a Mercurio fMarte Venus h g Saturno SBuscndose a s mismo en los planetas, el hombre no tuvodificultad de reencontrarse en elseptenario. En Mercurio reconoci su propia movilidad, susfluctuantes ocurrencias, sus giles arrebatos,la rapidez de gestos y la vivacidad de espritu. Es como unaardilla enjaulada, siempre est en actividad es el movimientoperpetuo. Manipula todo y a todo le atribuye adjetivos generalestriviales, sin solidez ni profundidad Mercurio salta, bailotea, re,bromea y divierte. Superficialmente apto para todo, no seespecializa en nada; impresionable y cambiante, carece de carcter,y esto lo caracteriza. Se seala su neutralidad colocndolo en elcentro del septenario9
  • El simbolismo astrolgicoplanetario sufre todas las influencias y permanece indeciso,inconexo o disperso hasta en su sexo mismo. Como nada le es extrao,es el intermediario obligatorio en el que todo repercute. Pero estonos lleva al concepto del Mercurio de los Sabios, en elHermetismo1. Contentmonos aqu con compararlo en el esquema anteriorcon Jpiter y con Saturno, con el Sol y con la Luna, con Marte y conVenus.Jpiter simboliza todo lo que es ascendente. Es el pensamientodirigente en el hombre, la dignidad que se siente responsable y quereina sabiamente sobre el conjunto de la personalidad. Conciencia,justicia, equidad, nobleza, generosidad y grandeza de alma serevelan en Jpiter.Saturno por oposicin, seala todo lo que es pesado, compacto,duro y material. Ata a la tierra y vuelve esclavo de lasnecesidades es el que fuerza al hombre a trabajar para alimentar sucuerpo. Dios moroso, vuelve previsor, avaro, egosta y mezquino.Pero a los defectos saturninos corresponden tambin cualidades que,aunque no sean amables no por eso son menos preciosas. Ya tendremosla oportunidad de volver sobre el asunto.El Sol es tan radiante como Saturno es sombro. Su calor anima alos seres vivos, que se regocijan con su luz. Despierta a losdormidos a la actividad de la inteligencia, lo mismo que a la delcuerpo. Sus favoritos son los artistas, poetas, visionarios,pensadores de genio, pero a todos nos confiere la razn, la quedebemos aprender a usar sabiamente.La Luna nos ilumina con incertidumbre en la noche, como lo hacela imaginacin, cuando el razonamiento se detiene. Este es el astrodel sueo, que puede revelarse lcido. Sucede que a veces adivinamoscon justeza, y hemos imaginado as nuestro saber, antes de controlarsu exactitud relativa. La Luna nos ensea a su manera, y haramos malen despreciar lo que revela a los lunares de genio.Marte se convierte en nosotros en la fuerza motriz, el ardoractuante al que repugna el reposo. Necesita actos, preferentementeviolentos; estalla en clera y se mueve sin fatigarse. Soando slo enla conquista, vocifera y acta con demasiada frecuencia como unbruto.Felizmente est destinado a encontrarse con Venus, de la cual nopuede prescindir, porque asegura su equilibrio. Ella le devuelve loque l derrocha, porque ella es la languidez reparadora de lasfuerzas vitales. Gozando en el reposo, ella se lo hace compartir yl retoma as las energas agotadas por el ardor de la actividad.Venus es la madre de los seres vivos, cuya actividad sostiene.Si antes de proseguir el lector quiere detenerse un momento enel Septenario de los Planetas, establecer l mismo las comparacionesy los acercamientos que harn resaltar cada uno de los trminos delseptenario con respecto al papel que le est asignado en elconjunto. Estar as ms preparado para asimilar los tipos planetariosa los que pasar revista en sucesin. Estos tipos existen de hechoentre los seres humanos y han sido muy bien identificados, sea cualsea la intervencin de los astros en cuanto a la determinacin dedichos tipos.1 Vase: Oswald Wirth, El Simbolismo Hermtico.10
  • El simbolismo astrolgicoEL SOLEl hombre solar brilla su fisonoma es abierta y franca. Elrostro es bien formado, con frenteamplia y luminosa, rodeada de cabellos ligeros, dispuestos enaureola. Una expresin melanclica se extiende a veces sobre losbellos rasgos, porque los favoritos del sol estn mal protegidoscontra la rudeza de la vida terrestre son seres refinados, quesufren ante las rudezas. Su caparazn corporal carece de solidez, deah la existencia brillante y corta de los solares, cuyos das no seprolongan por la influencia de Saturno o de Venus.Proporcionados en todo, los hijos del Sol son de medianaestatura, pero parecen altos, porque se mantienen erguidos ydestacan notablemente su porte. Caminan con majestad natural,conservando siempre su prestigio y no son jams bruscos en susmovimientos. Sus rasgos son armoniosos, regulares, como lo exige sunariz, que es escultricamente recta1. Las cejas, bien marcadas,trazan un arco que recuerda la boca de extremos cados, que toma unaexpresin de tristeza desengaada, resignada, desdeosa. Una miradaluminosa y franca distingue al solar, cuyas pupilas aparecen aveces sembradas de puntos dorados.Sin entrar en los detalles en que se complacen losespecialistas, como Desbarolles, sealemos que el tinte de lossolares es cetrino, es decir, de una blancura amarillenta pocoanimada, aunque no descolorida. Es fcil representar a los solarescomo calvos, y se asegura que carecen de vello en el cuerpo, encontraste con los velludos Marcianos.En lo moral, la caracterstica esencial del solariano es que nopuede pasar inadvertido. Llama la atencin y el deseo innato dehacerse admirar, determina su actitud en todas las cosas. Comobusca agradar, es corts, afable, complaciente, sin abandonos quepuedan perjudicar su prestigio, el que instintivamente quiere, comola gloria para la cual se siente nacido.En estas condiciones, el Sol no descuida ningn talento que puedahacer brillar. Si la influencia es buena, suscitar al artista,deseoso de hacer admirar sus obras o de mostrarse a sus extasiadosadmiradores. El culto de lo bello es el culto de Apolo, dios cuyalira marca el paso de las Musas y que revela a los seres humanoslos acordes de la armona. El apolneo puro vibra divinamente pararealizar las obras de arte de la plstica, de la msica y de lapoesa. Es un elegido distinto de los seres humanos comunes ycorrientes, cuyo destino comparte dolorosamente.Pero el destino del solar mitigado es bien distinto. Es elpedante satisfecho de s mismo o el simple vanidoso, siempreexhibindose. Es el don Juan que explota sus ventajas; es tambin eldesdichado desprovisto de brillo y, por lo tanto, con ms avidez porbrillar, que se cree vctima de maquinaciones y que cae en unasombra melancola.1 La lnea del perfil de la nariz revela las siguientesinfluencias planetarias: recta, Sol; cncava; Luna; convexa, Marte;cncava-convexa, Venus; convexa-cncava, Jpiter; nariz huesuda,Saturno; nariz pequea y puntiaguda, Mercurio.11
  • El simbolismo astrolgicoEn materia sentimental, el solar no se ata exclusivamente. Amarpoticamente no implica constancia ni profundidad. Admirar… sea!Cantar al amor… perfecto! Pero dejndose amar, sin arrastrar lapasin hasta el olvido de s mismo. La sensibilidad del artista y ellirismo del poeta estn al servicio de lo esttico. Goethe traduca enpoemas los dolores de su corazn y, sobre todo, los dolores de susvctimas sentimentales.Enemigo de todo lo que es oscuro y confuso, Apolo hace que suclaridad penetre en la inteligencia. Gracias a l, el espritu humanodiscierne y percibe sabiamente es el Sol mental que coordinanuestras ideas para hacernos razonar. El genio solar inspira, pues,a los hombres de razn clara, ya sea hacindolos dirigir con lucidezasuntos de Estado, ya sea hacindoles moralizar a las multitudes consus luminosos preceptos. Siempre llevados a ver con justeza, sonbuenos consejeros, aunque sus acciones personales puedan no estarde acuerdo con la claridad de su juicio.La influencia solar puede predominar, pero no hasta el extremode aniquilar las otras; inversamente, el Sol en detrimento, puedeparecer ausente. El individuo se comporta entonces como un brutointeligente, desprovisto de idealismo, aunque no fatalmente malo operverso.12
  • El simbolismo astrolgicoLA LUNAAl calor seco del sol se le opone la fra humedad lunar. La Lunahincha de savia los vegetales yderrama el roco nocturno que les permite afrontar los ardoresdel da. Los Lunares se caracterizan por su temperamento linftico,son generalmente gruesos y corpulentos. Sus rasgos podrandescribirse as:Cabeza esfrica, rostro redondo (en luna llena), frente en fuga,cejas apenas trenzadas, ojos grandes verdemares, a flor de cara,mirada vaga, pupilas pesadas, nariz respingada de perfil cncavo,labios hinchados, boca redonda, mentn en fuga, cutis claro, a vecessin tinte, cabellera abundante de un rubio opaco.Por s mismos son gentes pesadas, de aire descuidado, con manerade andar blanda y fatigada; pero cambian totalmente en cuantoreciben una influencia enrgica pueden desplegar entonces unaactividad machacona pero resistente.Carente de iniciativa, de voluntad propia dbil, el lunar seabandona a quien sabe quererlo. Dcil y obediente, experimenta eldeseo de ser mandado. Crdulo, est, adems, a la merced de quien seapodere de su imaginacin. Verdadero sujeto de hipnosis, dejaentonces de pertenecerse. Acepta todo, resiste al dolor, y seconvierte en fiel instrumento de su dominador.Estar en la luna, significa perder la nocin de la realidad pordistraccin imaginativa. Los lunares son arrastrados al sueo, quebuscan despiertos. Entre ellos se encuentran los grandesimaginativos, los novelistas, los narradores y, sobre todo, losmsicos. Estos son los lunares activos, que se benefician de unabuena influencia solar. Por poco que esta influencia se hagasentir, los sujetos de la Luna, sobre todo cuando estn reunidos,tienden a cantar, dando una expresin musical a sus sentimientosdifusos.El alma de un lunar es, en efecto, desconcertante para quienjuzgue slo segn la apariencia fsica. Ms de un francs ha quedadoestupefacto oyendo cantar a los invasores alemanes. Cmo puedensurgir esas canciones tan rimadas y melodiosas de esos cuerposmacizos, que revelan tan poco refinamiento? Pero es que laplasticidad lunar se presta ay! A la ms grosera materializacin,pero, en s misma, la Luna no es brutal; en su linfa nada una vagasentimentalidad, como sobre aguas subterrneas. Cambien ladisciplina y el resultado ser distinto; pero, el inters del lunar,no lo abandonen a los malos pastores.Cuando la Luna se afirma materialmente, se ensancha desde todoslos puntos de vista, produciendo a Falstaff, gran glotn y bebedor1.Adormece el espritu que, perezoso, acepta todos los dogmas y norechaza ninguna supersticin. Tampoco el espritu resiste a losinstintos, de ah la facilidad de las mujeres lunares que, sin servoluptuosas, se entregan fcilmente a la continuacin de la especie.Por otra parte, estas mujeres estn bien dotadas para la gestacin yse convierten en buenas nodrizas.1 En este personaje, la influencia pesada de Jpiter se combinacon la de la Luna.13
  • El simbolismo astrolgicoEn caso de preponderancia intelectual, la Luna puede desarrollarla exquisita sensibilidad de la clarividencia imaginativa. Como loprueba la telepata, las personas impresionables no siempre seequivocan en sus impresiones. Sin ser infalible, la lucidez llamadasonambulismo no es en modo alguno fatalmente ilusoria lassacerdotisas de Hcate hacan orculos que rivalizaban con los deApolo2. Son orculos de otra naturaleza, ms enigmticos, ya queescapan al control de una conciencia clara, pero tambin msreveladores de cosas absolutamente ignoradas. Es gracias a laadivinacin lunar que ha podido a veces predecirse el porvenir,basndose en el desarrollo sin trabas del sentido adivinatorio,natural en el hombre y en los animales. Adivinaramos lo que tenemosnecesidad de saber si no hubiramos perdido la costumbre deconsultar nuestra imaginacin, llevada ahora a una estrictapasividad receptiva.Carecer demasiado de Luna equivale precisamente a la prdidatotal del sentido adivinatorio, que nos resulta tan valioso en lavida prctica. Es no beneficiarse de ninguna intuicin, carecer deintuicin y tantear ciegamente en una existencia donde tantas cosasrequieren ser sentidas o presentidas. Compadezcamos al razonador,reducido a las constataciones racionales. Carente de imaginacin,queda privado de la sutil lucidez que condiciona el buen sentido yque permite a los espritus sanos discernir lo real.Los adeptos de la razn exclusiva chocan contra los contrastes dela realidad, que rechazan como absurdos.Una imaginacin juiciosa lleva a concepciones sanas, y por eso elSabio se ilumina con el doble resplandor del Sol y de la Luna.2 La adivinacin solar es la del poeta (Vates), a quien Pegasotransporta a las alturas inaccesibles a lo vulgar. Lejos de salirde s misma por un esfuerzo activo de sublimacin, la Pitonisa seabandona pasivamente a la influencia exterior que sufre.14
  • El simbolismo astrolgicoSATURNO Espritu, Alma, Cuerpo estara en relacin con lasinfluencias solares, lunares y saturnales.Saturno contrasta con las dos grandes luminarias celestes por ladiscrecin de su brillo. Es un planeta lento, supuestamente pesado,que puede deslizarse inadvertido entre las estrellas fijas.Simboliza la pesadez materialista, condensadora y endurecedora. Laroca es saturnal, lo mismo que el tejido seo del organismo animal.Saturno forma el fundamento slido sobre el cual se edifican lasformas: es un dios oscuro que afecta las profundidades oscurasdonde se sumerge la raz de las cosas.Esto significa que el saturnal no tiene nada de frvolo: loreconocemos bajo los rasgos enfurruados de un viejo alto, flaco,huesudo, que camina agobiado, quejoso, como un conspirador quebusca la soledad. Tiene la frente baja, sombreada por un pelotieso, negro, que encanece rpidamente pero que no se cae. Suscejas, tupidas y salientes, acentan el hundimiento de los ojos, queparecen defendidos por los pmulos salientes. Las mejillas sonflacas, la mandbula pesada y grande, el mentn cuadrado; la barba esrala y mal plantada. La nariz de Saturno se destaca poco de lafisonoma, de perfil es sinuosa, como la de Miguel ngel. La boca esancha y hundida, el labio inferior sobrepasa al labio superior, quees contrado. Las orejas, de gran pabelln, se extienden como paraescuchar mejor. Aadamos un cuello delgado y descarnado, dondesobresale la nuez de Adn.Bajo este aspecto poco seductor, el saturnino no tiene nada deafeminado. Es el trabajador empecinado, a quien no le importan lossacrificios y que crea una riqueza de la que no disfruta. Esparsimonioso, econmico, previsor y fcilmente avaro. Encerrado en smismo, silencioso, medita y se hace ideas independientes, quepretende no haber tomado de nadie. Lejos de ser influenciable, comolos lunares, es l quien ocultamente influye a los dems. Elpensamiento saturnal, aunque no sea expresado, constituye unmisterioso dinamismo al que pertenece el porvenir. El verdaderopoder espiritual es ejercido por los sabios, qu se callan pero quepiensan con intensidad. El saturnino superiormente dotado desdea loque brilla y se realiza in-mediatamente. Entrando en s mismo,profundiza todo observndolo, para entrar, en comunin con lo quepuede suceder: es el mdico taumaturgo de los primitivos, elconsejero experimentado que consultan los desamparados. El Tarot hahecho de l un ermitao que sondea el sendero de la vida, en el cualse interna con prudencia. Pero aquel que reconoce y sigue el buencamino, abre la ruta a los dems.Desconfiado de todo, el saturnino es de mentalidad escptica.Duda y teme adquirir convicciones falsas. Descubrir el error lepreocupa ms que la bsqueda de las verdades incontestables; sesiente por lo tanto seguro slo de aquello que decide reconocer comoverdadero despus de un escrupuloso examen. Sus principios tienen lasolidez de la roca. Careciendo de15
  • El simbolismo astrolgicotodo lo que se requiere para agradar, Saturno, cuyossentimientos son profundos, no tiene costumbre de ser dichoso en elamor. Se resigna a amar ya sufrir en secreto, dispuesto a morir porel objeto de su amor. Si no fueran saturninos, los santos norenunciaran al mundo para absorberse en la contemplacin.A nadie se le pide ir tan lejos, pero: qu sera del individototalmente desprovisto de Saturno! Tendramos en l al imprevisor mspuro, capaz de llevar el descuido hasta la locura. Ningunaconsideracin, ningn escrpulo detendra a un impulsivo de este tipo,con el cual la vida en comn sera imposible. Apreciemos pues elplomo saturnal que s impone como lastre a la ligereza de nuestrocarcter.16
  • El simbolismo astrolgicoJPITER Al saturnino melanclico se opone el alegre protegido deljefe del Olimpo, a quienreconocemos por su rostro rotundo, satisfecho, noble sin seraltanero, acogedor dentro de su dignidad, lleno de amabilidad. Eljupiterino ha nacido para la jerarqua; siempre y en todas partesest en su lugar; cuando ordena, lo hace con gracia, como un granseor que vuelve la obediencia agradable. Si es subordinado sabe,con un tacto exquisito, hacerse respetar por sus superiores.Siempre perfectamente corts, no es jams obsecuente y se revela comoun artista del saber vivir.Como el solar, es de estatura mediana, que realza levantando lacabeza. Entrado en carnes, tiene tendencia a la obesidad. Comotiene piernas cortas, marcha a pasitos cortos. Son notables susgestos redondos, untuosos, pontificales.Una hermosa frente despejada, lisa, que suda fcilmente, aparececoronada por unos cabellos finos, naturalmente ondulados, escasosen el centro del crneo, donde una tonsura precoz caracteriza aljupiterino que, por compensacin, posee tina barba abundante ycuidada. Las cejas rectas, bien trazadas, no sombrean los ojoshmedos, amenazados de miopa. La nariz, mediana y fina, se une a lafrente en una ligera convexidad; las mejillas son llenas y confrecuencia cadas; la parte de abajo de la cara tiende a engordar.La boca es grande y los labios fuertes; el labio superior sobrepasaal labio inferior. Los dientes son buenos; la enca superior, aVeces visible, hace resaltar el tamao inslito de los incisivoscentrales. Elegante y bien proporcionado, el cuello muestra a vecesunas venas azules; un hoyuelo adorna con frecuencia el mentn, quees un poco largo; las orejas, bien dibujadas, se separan poco de lacabeza. Y no olvidemos el tinte rosado, fresco, de los favoritos deJpiter, sus pequeas manos regordetas de prelado y su voz clara,bien timbrada.El jupiterino no es nunca arrogante ni vanidoso: en esto sedistingue del solar; pero Jpiter tiene conciencia de su dignidad.Detesta las malas maneras y la grosera, no se queja ms que entreamigos y tiende siempre a imponer el buen tono. Como tieneconfianza en s mismo, siempre est en posesin de sus medios, no searriesga jams a desagradar o a cometer yerros. Esto es en l unfactor importante de xito, porque no se vacila as en confiarlepuestos importantes o lucrativos.No traiciona jams la confianza que en l se deposita. Recto yhonesto, administra con lealtad, imparte justicia con equidad yutiliza sus riquezas con un sentimiento de generosaresponsa-bilidad con respecto a los otros. Partidario convencidodel orden y de la paz, no comparte las opiniones extremadas y semantiene siempre en un medio justo razonable. En religin sedesinteresa de las querellas dogmticas, para apoyar la moral, quesostiene, segn l, las suntuosidades del culto, por las que sienteuna viva atraccin. Elocuente y persuasivo, el jupiterino puedetriunfar como predicador, abogado u orador poltico. Se expresarsiempre con correccin y sabidura, con perfecto conocimiento decausa.17
  • El simbolismo astrolgicoBueno, generoso, el jupiterino practica la filosofa, empezandopor practicar la hospitalidad. Recibir a sus amigos es para l unaalegra; le encanta agasajarlos, distraerlos, hechizarlos con suconversacin. Servir a los dems, ser til por medio derecomendaciones acertadas, es para l una ocupacin regular.En amor el Jpiter de la Astrologa no tiene nada del verstilesposo de Juno. Es un padre de familia ejemplar, cuidadoso de hacerla dicha de los suyos.Cuando el tipo jupiterino pierde elevacin, cae en lasensualidad. El buen vividor se convierte entonces en gozador, elhombre con apetitos en glotn, y Sileno consuma el cuadroingrato.Pero la ausencia es el desastre moral, el envilecimiento en laextincin de todo amor propio y la renunciacin a la ambicin msmodesta; es la degeneracin cobarde, consiguiente a la prdida detodo control sobre s mismo.18
  • El simbolismo astrolgicoMARTE Jpiter decide y ordena lanzando el rayo de su voluntadejecutiva, pero, quin sino Marteejerce la motricidad, la energa muscular? En Astrologa este diosno es el feroz guerrero vido de matanza, sino el fogoso ejecutor delas rdenes del espritu. Como tipo, est representado por elindividuo fortachn y gallardo, de ancho pecho, msculos de acero,brusco de movimientos. De aire decidido, rpido, se muevemilitarmente, con gestos secos y cortantes, vociferando con vozronca.Sobre su cuello de toro este personaje lleva una cabeza maciza,que parece cuadrada gracias a las poderosas mejillas. Las cejas secontraen sobre unos ojos claros, fros, de un gris acerado; el globoocular se inyecta fcilmente de sangre. Por lo dems, el temperamentoes sanguneo, la piel coloreada, la cabellera roja y crespa. A lanariz aguilea corresponde un mentn obstinado, que avanza en punta.Las mejillas son firmes y tensas; la boca, hendida como en un golpede sable; carece casi de labios; la oreja carnosa es pequea y biencurvada.Es el fsico de un Hrcules de talla reducida, ms bien que el deun Marte mitolgico. El marciano est posedo por el deseo de laaccin, y, si es vivo, impaciente, sujeto a la clera y a ,lasbrusquedades, sabe tambin contenerse para no mostrarseinconsideradamente agresivo. Su instinto le hace desconfiar de supropia brutalidad, de ah la sumisin voluntaria del fuerte a lainteligencia capaz de dirigir su accin. Las energas disponiblesdesconfan de desperdiciarse en pura prdida y se disciplinan por 6upropia cuenta bajo la autoridad de un jefe esclarecido.Guando falla esta subordinacin normal, el marciano tiene peligrode fracasar. Sin escuchar nada, romper todo; distribuir puetazos yterminar como borracho pendenciero, o en algo peor. En el fondo noes talo y se deja dirigir por quien se apodere de l; es sensible alo teatral, a las ropas, a los penachos y, tras haberse mostradoferoz en la batalla, voluntariamente ser un ser digno de compasin ovencido.La combatividad intelectual se despliega en la polmica. Esnecesario un coraje marciano para atacar los abusos reinantes yafirmar ideas contrarias a los dogmas admitidos. La discusin esfecunda cuando Marte no est enceguecido: la testarudezincomprensiva lo vuelve estril.Sentimentalmente, Marte es heroico; ama sin reservas, con pasin,pero siente el gusto de la conquista y corre peligro de carecer defijeza en sus afectos. Sin embargo es accesible a los encantos, alos cuales no intenta sustraerse.Marte nos da valor, en primer lugar el valor de vivir soportandolas durezas de la suerte. Sin su influencia estaramos a merced dela menor contrariedad; nos desesperaramos cobardemente, gemiramos yseramos vctimas de una irremediable apata.El marciano no quiere envejecer: prefiere caer, robusto, yfuerte, en el campo de honor de la vida.19
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  • El simbolismo astrolgicoVENUS La accin marciana derrocha energa, que no es inextinguibley que debe renovarse. Lainfluencia que capta esta energa, para acumularla y tenerla enreserva, es atribuida a Venus. Venus es la diosa de la vida o, msexactamente, del fluido vital que hace economizar preconizando eldescanso, la alegra, la ternura del amor. Su encanto es poderosoporque dispone de la magia suprema de la dulzura y de labelleza.Sus favorecidos son hermosos, simpticos, atractivos; nocontentos de hacerse admirar a la distancia, como los solares,inspiran deseos de aproximacin y de unin. Sus ojos lnguidos tur-banlos corazones, que no resisten a las gracias de las actitudes deVenus, a la meloda de su voz, a la armona de sus rasgos. Laimaginamos de estatura ms bien alta, pero ancha de caderas; susmodales son delicados, su manera de andar ligera, fcil, danzante.La cabeza, relativamente pequea, lleva una opulenta cabelleraoscura que hace resaltar el tono blanco rosado de la piel. Elrostro, ovalado, no deja adivinar los huesos; sobre la frente,curvada, tres pequeas lneas se trazan a veces entre las cejas que,largas y bien trazadas, tienden a unirse en seal de celos. PorqueVenus se apasiona y llega a ser vehemente cuando sus deseos estnexasperados; contrariamente a Marte, es fcilmente rencorosa: noperdona las ofensas. La nariz caracterstica del tipo venusino es lade las estatuas sirias: ligeramente cncava, respingada despus: loshoyos de la nariz son redondos, dilatados, mviles. Bienproporcionada, la boca recibe su carcter sensual de los labios,gruesos y carnosos, que se entreabren para mostrar unos dientesblancos y bien colocados. Las mejillas, pequeas y rosadas, seadornan frecuentemente con hoyuelos. El cuello de cisne de Venus seune a unos hombros llenos, que caen graciosamente completando elconjunto de la provocativa garganta.La venusina est hecha para el amor y la gestacin, ms que para elamamantamiento y los cuidados maternales. Atrae y retiene al macho,sobre todo al de tipo marciano, que despliega en favor de ella suardiente energa. Sacerdotisa de la vida, se consagra al culto de laespecie, cuya continuidad asegura. No vacila en darse sin reservas,con heroico abandono, llena de fe en su capacidad de amar y dehacerse amar. Fundadora de la civilizacin, corresponde a suinfluencia salvarla del egosmo rapaz.La inteligencia venusina no intenta discernir distintamente: lebasta sentir con intensidad. Para qu razonar cuando estamos llenosde certeza? Vibrante de sinceridad, Venus se beneficia con unaespecial lucidez pasional. Experimentada por el corazn y no por elcerebro, merece ser seriamente tomada en consideracin.Est de ms decir que Venus se enternece. La conmiseracin, lapiedad, la atan protege a los dbiles y a los pobres, cura a losenfermos, consuela a los afligidos; corre el peligro de dejarseenternecer en detrimento propio. En los espectculos es buenaespectadora: llora o estalla en carcajadas, la msica la conmuevehasta el xtasis.21
  • El simbolismo astrolgicoCon la complicidad de otras influencias planetarias, lasensualidad venusina degenera en vicio.Sin la Luna, Venus no se abandonara a una pereza indolente; sinel Sol, no sera seducida por las joyas; sin Mercurios no especularacon sus encantos. Librada a s misma sera impdica con candor ydesinters, y estara encantada de aceptar flores como nica ofrenda.En un tiempo, las sacerdotisas de Ishtar se consagraban a unsacerdocio carnal, pero respetado.Una individualidad sustrada a la influencia de Venus horrorizarapor su rudeza insensible: sera un monstruo inhumano que,felizmente, no intentara reproducirse.22
  • El simbolismo astrolgicoMERCURIO Las seis influencias que hemos examinado se ejerceransin cohesin si un intermediario nofusionara sus interferencias. E1 medio mercurial es unresultante: no es nada por s mismo y todo repercute en l, aunqueconstituye la esencia de la personalidad, la sustancia del yo,distinta de la razn s, de la imaginacin a, de lo orgnico S, de laconciencia responsable j, de la energa volitiva h, del fluido vitalg. Mercurio es el mensajero, el vnculo y agente de negocios delseptenario individual. El es quien habla, negocia, discute, mientey engaa en ocasiones. Es diplomtico, especialista en picardas y enfinezas.Pequeo, gil, jams en reposo, siempre con nimos de saltar, degambetear, de rer hasta la locura, nadie es menos serio queMercurio. Qu contraste con el severo Saturno, el tranquilo Jpiter,la soadora Luna, el Sol majestuoso, el vigoroso Marte y la lnguidaVenus! Este dios da una fisonoma juvenil, que hace que losmercurianos no envejezcan en apariencia. Tienen la cabeza redonda,bastante grande en razn de su frente amplia alta. El rostro es derasgos agradables, se adelgaza en el mentn, que se destaca como unabola pequea. La nariz es fina, provocativamente puntiaguda; la bocaes riente, los labios, medianos, descubren unos dientes pequeos.Los pmulos, ligeramente salientes, acentan la expresin maliciosa delos ojos, estrecho vivos, chispeantes, pero rebeldes para fijarse,de una movilidad inquieta en la mirada. El fondo de la pielmercurial es de blanco plido, pero dispuesta a animarse a la menoremocin. Se atribuyen a Mercurio cabellos ondulados, rubio oscuro ocastao; las orejas son pequeas, pero tienden a despegarseexageradamente.De cuerpo, mercurianos y mercurianas se asemejan, tanto por lafinura de la piel como por las formas femeninas en el hombre yefbicas en la mujer (mamas relativamente desarrolladas por unaparte y atenuadas por la otra). La voz de Mercurio es dbil, peroinsinuante, de timbre alto; la palabra es rpida, de una volubilidadque puede degenerar en charlatanera.La agilidad fsica de Mercurio se traduce en lo moral en unaactitud para todas las adaptaciones. Blando, ingenioso, hbil,retorcido, este pcaro no se turba jams; se desenvuelve y hace darvuelta las dificultades, cuando no consigue sobrepasarlas. Losescrpulos jupiterinos no lo afectan en modo alguno: es demasiadoligero para tomarlos en cuenta. Tomando todo al vuelo, noprofundiza nada: si bien es un conversador maravilloso, la extensinde sus conocimientos es superficial y falaz su enciclopedismo.Pero, si por temor a la mentira nos quedamos silenciosos, comoSaturno, dnde ira a parar el comercio de las ideas? Los noticiososmercuriales ponen en circulacin todo lo que se puede colocarintelectualmente; lanzan nociones equvocas, falsas a menudo, peroalimentan as los espritus llamados a elegir, ensendoles a noquedarse entontecidos. La batalla tiene razn de ser y la lealtadestricta no conviene entre hombres que quieren ser engaados.Mercurio va al resultado inmediato, y recurre a los medios que sepresentan.23
  • El simbolismo astrolgicoEs comprensivo y asimila de golpe todo lo que se ensea. Tienexito en los exmenes: contesta sin vacilar, generalmente en tonojusto; pero sus conocimientos carecen de solidez: repite siempreuna leccin; por eso, aunque sea muy ingenioso, no es creador en susinvenciones. Su ingenio lo lleva a explotar los descubrimientos deotros, lo mismo que a vanagloriarse de conocimientos prestados. Lafilosofa es para l tema de charlas.Sus sentimientos se dirigen ms a la amistad que al amor. Prdigoen promesas que olvida, prefiere no atarse a nada seriamente, de ahsu propensin al celibato y a la galantera mariposeadora. Secomplace en atenciones amables, en cumplimientos halagadores y entodo el juego de la mundanidad amorosa.Abandonado a sus tendencias inferiores, Mercurio no es ms que undesvergonzado bribn, una veleta para la cual nada es verdadero nisagrado. En el mejor de los casos, se limita a las bufonadas, a loschismes desconsiderados y a las habladuras, sin caer en las estafasy en las mentiras premeditadas.Carecer de Mercurio lleva a mostrarse pesado, torpe, espero;torcido, estpidamente tmido, necio. La dificultad de palabra y eltartamudeo son tareas mercuriales negativas.24
  • El simbolismo astrolgicoLA GAMA HUMANA Las influencias planetarias corresponden a lasnotas musicales, como lo indica Ernest Britt ensu Lyre d’Apollon1. Cada uno de nosotros es una gama viviente,donde una de las notas del septenario hace oficio de tnica, otra dedominante, y otra de sensible. Esto significa que, en un saturnal,Saturno da el tono de manera general, pero que otras influencias seejercen sobre el saturnal en activo y en pasivo. La que lo haceactuar de preferencia se convierte en la influencia dominante (Sol,Jpiter o Marte); la sensible es aquella por la cual se deja tomarel saturnal, y revela su punto dbil (Luna o Venus). Estasdistinciones musicales ayudan a comprender la armo-na de unindividuo que, grficamente, puede representarse en el esquemasiguiente:A I R EALMA ESPIRITUALT I E R R A Tres crculos iguales se superponen en forma quedelimitan siete dominios distintos por susinterferencias.Espritu (masculino,activo)……………………………………………………………Sol s Oro Alma (femenina,sensible)……………………………………………………………..Luna d Plata Cuerpo(pasivo)……………………………………………………………………………Saturno S Plomo Espritu anmico o AlmaEspiritual………………………………………………….Jpiter j Estao Espritucorporal……………………………………………………………………………Marte h Hierro Almacorporal………………………………………………………………………………Venus g Cobre Sntesispersonal……………………………………………………………………………Mercurio f AzogueComo lo sugieren los tres crculos conjugados, Sol-Razn s yLuna-Imaginacin d se unenpara engendrar a Jpiter j, que se eleva por encima del cuerpo(conciencia, espiritualidad responsable), y Mercurio f, laPersonalidad encarnada. Por otra parte, Saturno S, el organismofsico, est dominado en forma triple por la Sntesis mercurial f, eldinamismo de Marte h y la sensibilidad de Venus g.1 Pars, ediciones Vega. Las correspondencias son las siguientes:DO: Jpiter; RE: Marte; Mi: Sol; FA: Venus; SOL: Mercurio; LA: Luna;Si: Saturno.25
  • El simbolismo astrolgicoDe la dosificacin de las influencias septenarias resultan lasvariedades del tipo humano, que idealmente concebido realizara elequilibrio perfecto entre el Espritu, el Alma y el Cuerpo. Elhombre-modelo que realiza esta armona no existe en la naturaleza,que especializa a los individuos. Si stos fueran idnticos, nonecesitaran los unos de los otros, y la especie perdera su cohesin.En el orden de las cosas est que los individuos estndesequilibrados en una justa proporcin, que permite aclarar elesquema de los tres crculos, como vamos a mostrarlo.Estos tres crculos corresponden a los colores fundamentales:Rojo (Espritu, Sol); Azul (Alma, Luna); Amarillo (Cuerpo,Saturno). Las interferencias engendran los colores secundarios:Violeta (Espiritualidad, Jpiter); Anaranjado (Motricidad, Marte);Verde (Vitalidad, Venus). En cuanto a la sntesis central,reconstituye el Blanco (transparencia fludica, Mercurio). El arteherldico toma en cuenta, a su manera, el septenario de los planetasen sus metales ycolores: s Sol, Oro, poder regio, metal afn a la prpura; a Luna,Plata, pureza, lealtad, franqueza, metal que se destacaventajosamente sobre el azur; h Marte, Hierro, Gules, vapor,energa, violencia; j Jpiter, Estao, Azur, fidelidad, paz; g Venus,Cobre, sinople (verde), esperanza, vigor, resistencia; S Saturno,Plomo, sable (negro), aguante, solidez, dureza; f Mercurio, Azogue,verde-gris, sutileza, destreza, diplomacia.26
  • El simbolismo astrolgicoLAS DESVIACIONES TPICASSi en vez de tomar como centros de los tres crculos esquemticoslas puntas de un tringulo equiltero, desplazamos sucesivamente unode esos centros, ya sea para acercarlo o para alejarlo de los otrosdos, obtendremos deformaciones de la figura simtrica y regular.Respetemos ante todo la simetra, levantando y luego bajando elcrculo inferior. La primera operacin favorece a Mercurio f, a marteh y a Venus g frente a las otrasinfluencias. La personalidad f se afirma enrgica h y llena devida g. El cuerpo disminuido es ligero y con pocas exigencias, locual sera una ventaja si el sentido prctico de Mercurio f no sehubiera desarrollado en detrimento de Jpiter j (idealidad,conciencia). Nos encontramos frente a un realizador vigoroso perocon pocos escrpulos, con dotes para la accin y ms sensual quesentimental. Su yo demasiado fuerte carece de nobleza solar s y deintuicin lunar a, debilidades consecutivas al debilitamiento de laespiritualidad jupiterina j. Napolen, que era de corta estatura, noresponde a este esquema de falsa grandeza?Procedamos a la inversa. Mercurio f, Marte h y Venus g sufren enbeneficio de otrasinfluencias. Aligeramiento de la personalidad que se retrae antela accin y no se apasiona, contentndose con soar e idealizarhonradamente, a su gusto. Es el buen burgus cultivado, dejando queel cuerpo se explaye, que filosofa apaciblemente, que se cuida, deno ensuciarse las manos ponindose a la obra y que se vanagloria desu elevada moralidad. Este justo se mantiene a distancia de lastentaciones.27
  • El simbolismo astrolgicoAcerquemos y despus alejemos el crculo lunar (Alma de Marte). Enel primer caso, Jpiter j, Mercurio f y Venus h se benefician, Marteh es sacrificado,mientras que el Sol s, la Luna a y Saturno S pierden. Aun as,Mercurio es poderoso, pero no en la accin realizadora, ni por elsueo a o la clarividencia solar s, ni por los medios materiales S,sino por la generosa sentimentalidad que se gasta g y la nobleambicin estimuladora de sus decisiones j. Es un filntropo lleno defe en s mismo y orgulloso de su persona. Al prodigarse, seglorifica; sus buenos sentimientos se idealizan, en vez demanifestarse en actos prcticos. Se trata de un pacifistaconvencido, ferviente, un apstol hablador, declamatorio, teorizadory pobre de espritu.La retirada del crculo del Alma disminuye a Jpiter j, Mercurio fy Venus g en beneficio deotras influencias. Esta vez, el Sol s y Saturno S apoyan a Marteh, que es vanidoso, rapaz, y cuya imaginacin es exaltada. Elconquistador de apetito de lobo, sin escrpulos e insensible (S y gen dficit) quiere devorarlo todo, no siendo ms que un personajemediocre ( f reducido).Los mismos desplazamientos mediante un avance y luego unaretirada del crculo del Espritu hacen ganar y, sucesivamente,despus perder, a Jpiter j, Mercurio f y Marte h.28
  • El simbolismo astrolgicoCuando estas influencias son excesivas, el egosmo f absorbe lavitalidad g a expensas de la sensibilidad, mientras que una granenerga h se pone al servicio de una ambicin orgullosa j. Un bajoarribismo, sin nobleza s ni piedad g fatiga el organismo S que esten busca de un sueo a torpe.Cuando la claridad espiritual se exalta, restringiendo eldominio de la ambicin S, de lahabilidad prctica g y del impulso conquistador h, Venus g ganalo que Mercurio f pierde: la bondad invade el centro de lapersonalidad; simultneamente, la luz del espritu s se extiende,como la imaginacin a, y el cuerpo S se desarrolla con vigoractuante. En este caso el altruismo es irradiante, intuitivamentelcido y materialmente activo. San Vicente de Paul deba pertenecer aeste tipo.Aqu no terminamos: es posible agrandar y achicar el tringuloequiltero formado por loscentros de los tres crculos. En el primer caso, Mercurio f sevuelve absorbente, en el segundo, es el absorbido. Mercurio,agrandado en detrimento de las otras influencias, hace desbordar lapersonalidad enun equilibrio que es precioso para el actor que despliega sustalentos. Es menester que est en posesin de s mismo para encarnar asu gusto los personajes de teatro. El charlatn genial va ms lejos:afirmndose en la extensin pletrica de su yo, se impone, fascina yobtiene resultados dignos de un Cagliostro.En el otro caso lo personal est reducido al mnimo. El actor noes ms que un autmata, un juguete de las fuerzas irresistibles quese ejercen sobre l. En vez de estar en posesin de sus notablesdones, est posedo por ellos. Siente no ser nada, pero que todopuede obrar sobre l y a travs de l. Es el mdium de capacidadesmaravillosas.Aplicando la geometra a lo que no es directamente objeto deella, hay que guardarse de perderde vista la infinita variedad de las combinaciones de la vida.Los esquemas sirven para clasificar las observaciones, perogeometrizan artificialmente. En la realidad viva todo es elstico,flexible,29
  • El simbolismo astrolgicoen constante adaptacin armoniosa, mvil y cambiante. No loolvidemos, cuando recurrimos al mtodo grfico para representarrgidamente lo que se fusiona en la plasticidad de un devenirconstante.Monograma formado por los signos:s a f g h S j30
  • El simbolismo astrolgicoTRADICIONES RELATIVAS AL SEPTENARIO DE LOS PLANETASEL CUERPO HUMANOLos tratados de Astrologa distribuyen del siguiente modo lasinfluencias planetarias en relacin con la fsica de los dossexos:Sol: Corazn, arteria, ojo derecho, lado derecho en el hombre,lado izquierdo en la mujer. Luna: Cerebro, ojo izquierdo, ladoderecho en la mujer, lado izquierdo en el hombre,intestinos, estmago, matriz en lo referente a las reaccionesnerviosas (histeria), membranas, linfa, tejido celular.Mercurio: Pies, manos, dedos, lengua, nervios, ligamentos,pncreas. Venus: Garganta, senos, vientre, nalgas, muslos, tero yanexos. Marte: Sangre, riones, vejiga, rganos genitales masculinos,hiel, oreja izquierda. Jpiter: Pulmn, diafragma, costillas,msculos, venas. Saturno: Huesos, dientes, cartlagos, hgado, orejaderecha.ENFERMEDADES, DEBILIDADESSol: Constitucin frgil. Vitalidad brillante pero difcilmenterenovable. Vida corta.Neurastenia, tedio de vivir, megalomana, delirio depersecuciones. Mala vista, estrabismo, sncopes, fiebres pasajeras,enfermedades del corazn.Luna: Linfatismo, hidropesa, pituita, catarros, enfermedades delanguidez. Mala vista, miopa, epilepsia, contorsin de los miembros,parlisis de la cara y de la lengua. Atona, debilidad intelectual,flojedad intestinal.Mercurio: Enfermedades nerviosas, agitacin, inquietud, insomnio,enfermedades mentales. Venus: Afecciones al vientre. Molestias decirculacin de la sangre, gases, trastornosnerviosos. Marte: Inflamaciones, fiebres ardientes, alteracionesde la sangre, hemorragias, pstulas,acidez de los humores. Jpiter: Enfermedades de los rganosrespiratorios, asma, obesidad, gordura, apopleja,palpitaciones, transpiracin excesiva. Saturno: Enfriamientos.Lesiones del sistema nervioso. Parlisis que molestan la marcha.Piernas dbiles. Temperamento seco. Constipacin. Sordera.PECADOS CAPITALES Sol: Orgullo, vanidad, arrogancia, pose. Luna:Pereza, indolencia, disimulacin. Mercurio: Envidia, jactancia,mentira. Venus: Lujuria, celos, rencor. Marte: Clera, crueldad,impaciencia. Jpiter: Glotonera, sensualidad. Saturno: Avaricia,desconfianza, misantropa.INFLUENCIAS GENERALES DE LOS PLANETAS31
  • El simbolismo astrolgicoSol: Agente de salud, purifica el aire, da a las plantas suvigor, asegura el xito de la pesca; provoca las sequas y losincendios de los bosques.Luna: Mantiene la humedad. Agente de putrefaccin. Mercurio:Factor de inestabilidad. Causa de sorpresas desagradables,borrascas y tormentas. Venus: Endulza la vida. Su influencia essiempre saludable. Marte: Es responsable de todas las violencias,las devastaciones, los terremotos, la peste, lacorrupcin, las fermentaciones y las revoluciones. Jpiter: Hacellover, fecunda la tierra y multiplica los peces. Saturno: Arruinalos edificios; se le atribuyen el fro, la niebla y la helada.ANIMALES, VEGETALES Y MINERALES CORRESPONDIENTES A LOSPLANETAS Sol: Len, guila, abeja, animales domsticos de pielsedosa. Palmera, caf, romero,heliotropo, azafrn, trigo, plantas aromticas. Oro, carbunclo,topacio. Luna: Liebre, cigea, ruiseor, rana, caracol, peces,crustceos, ostras. Tabaco, t, amapola,cucurbitceas, pepinos, ensaladas, plantas esponjosas. Plata,diamante, cristal, palo, perla. Mercurio: Zorro, mono, gato,ardilla, loro, culebra. Nogal, mil en rama, mercurial,mejorana.Azogue, calcedonia, cornalina. Venus: Cabra, oveja, chivo,paloma, trtola, pjaro, perdiz, faisn. Olivo, dtil, pino, trufa,rosa, mirto, vainilla. Cobre, esmeralda, turquesa, lapislzuli,coral. Marte: Caballo, toro, lobo, jabal, perro, avestruz, milano,buitre, serpientes venenosas,escorpin. Pimienta, jengibre, lpulo, jenabe, nabo, zanahoria,calabaza silvestre, todas las plantas amargas y venenosas. Hierro,amianto, rub, jaspe, hematita.Jpiter: Elefante, ciervo, pavo real, halcn. Cedro, via, laurel,canela, caa de azcar, blsamo, rboles resinosos productores deincienso. Estao, zafiro, amatista.Saturno: Camello, oso, asno, rata, topo, murcilago, bho, cuervo,tortuga, escarabajo, araa, animales lentos que viven en cuevas,vagan durante la noche y tienen un grito maligno. Ciprs, fresno,nspero, ruda, elboro, plantas narcticas o de crecimiento tardo.Plomo, azufre, rocas duras, piedras y tierras negras.LUGARES, PAISAJES, EDIFICIOS Y OBJETOS Sol: Llanuras extendidasy frtiles, parques, palacios, museos, teatros, salones, objetos delujo. Luna: Playas, lagos, ros, puertos, baos, habitacionesespaciosas, observatorios, torres,terrazas, goletas, navos, ropa blanca. Mercurio: Colinas,senderos, rutas, medios de comunicacin, escuelas, bibliotecas,mercados,locales de uso comercial, antecmaras, corredores, libros. Venus:Campaa florida, jardines, lugares de reposo y de placer,dormitorios, alhajas, objetosde tocador, instrumentos de msica. Marte: Terrenos accidentados,barrancos, bosques, espacios vacos, cuarteles, fortificaciones,herreras, cocinas, armas. Jpiter: Montaas, regiones elevadas,iglesias, tribunales, hosteras, comedores, ropas. Saturno: Espaciosdesolados, ridos, landas, desiertos, cementerios, prisiones,mazmorras,cuevas, utensilios agrcolas.PROFESIONES32
  • El simbolismo astrolgicoLas influencias planetarias determinan las actitudesprofesionales, que encuentran aplicacinsegn los temperamentos, los que se vinculan al cuaternario delos elementos, del que nos ocu-paremos ms tarde junto con losSignos del Zodaco. Mostramos aqu una tabla indicadorasimplificada:FUEGO TIERRA AIRE AGUA s Jefe entusiasta,Oficial Coleccionista de objetos de artePoeta Sacerdote, Artistaa Cocinero Tejedor Novelista Navegante f Chofer, MecnicoComerciante Especulador Actor g Destilador Maestro, Jardinero MsicoPerfumista h Herrero Militar Ceramista Aviador Marino, Bombero jIndustrial Propietario de tierras Jurista, Magistrado Moralista,PredicadorS Metalrgico Agricultor, Minero Filsofo, Sabio Pocero33
  • El simbolismo astrolgico34
  • El simbolismo astrolgicoLOS PLANETAS MODERNOS El septenario de influencias atribuidas alos planetas es una realidad de orden humano. Lasanalogas concebidas entre la gama de armonas de nuestra especiey ciertos astros no tienen nada de cientfico, corresponden a ciertapoesa adivinatoria ms bien que a la prosa calculadora que domina elespritu moderno. Los planetas nos influencian como todo lo que,bajo cualquier ttulo, comunica con nosotros, pero somos nosotrosquienes somos sensibles, es decir, influenciables. Nuestrosubjetivismo basta para establecer un contacto que imaginamos.Pero, por imaginaria que supongamos a la Astrologa, ella acta sobrenosotros en la medida en que somos juguetes del hada Imaginacin,que rige al mundo.Pero aqu no intentamos explicar los misterios de la Astrologa niproponer una filosofa del influjo. Constatamos, simplemente, que enlos ltimos siglos la ciencia de Uranio’ se ha enriquecido con tresnuevos planetas. Tenemos, pues, el septenario clsico extendido demanera molesta para los astrlogos. Qu van a hacer con Urano F, conNeptuno G y con Plutn H?Como el ministerio de los antiguos Planetas est completo, no sepuede hacer entrar a los nuevos en el gobierno ms que acordndolesunas subsecretaras de Estado. Crearon, en favor de Urano, unaoficina de invenciones, y encargaron a Neptuno de elucidar losfenmenos metafsicos. En cuanto a Plutn, se le buscan atribucionestodava, porque acaba de surgir. Se le reservarn las manifestacionesdemonacas?Es difcil hacer corresponder los tipos humanos a los Planetaslejanos y al conjunto de asteroides que gravitan entre Marte yJpiter. Los astrlogos haran mejor en atenerse a sus tradicioneshumano-intuitivas sin preocuparse de los descubrimientosastronmicos.Pero, hasta ahora, tras haber sacado partido de Urano y deNeptuno, han recibido graciosamente a Plutn, y hasta han llegado apredecir a Proserpina!Urano F se les ha aparecido como un original, que no hace nadacomo los dems, ya que sus satlites giran en sentido contrario. Noha sido necesario ms para erigirlo en padre de las invenciones quecambian las costumbres humanas y sustituyen lo artificial por lonatural. Este titn nuevo, insubordinado, excita a la revuelta, alos estallidos revolucionarios y extiende las teorassubversivas.A falta de un tipo uraniano, se atribuyen a Urano losSaturno-marcianos de aire mefistoflico, sueltos, extravagantes, demirada inquieta, capaz de desconcertar con sus excentricidades. Lesdebemos en literatura las obras extraas y que nos llenan deestupor.Formado con la letra H, inicial de Herschel, que descubri aUrano en 1781, el signo F recuerda al pistn de una mquina de vapor,alusin al mecanismo, considerndolo como uraniano.Neptuno G est tan alejado que su influencia no puede ser ms queultra-sutil, anloga a la de las ondas imperceptibles. Losneptunianos son apenas terrestres, como Beatriz, que inici a Danteen los misterios suprasensibles. El xtasis mstico, la salida de unomismo, la bilocacin, la telepata, el hechizamiento y elenvenenamiento mgicos provienen de Neptuno.Los caldeos hubieran podido reconocer a Ea, amo de las aguassupra-celestes, en el genio de Neptuno. Estas aguas son el vehculode la sabidura suprema: se infiltran misteriosamente en losespritus para hacerles adivinar los secretos divinos.Plutn parece reducido al papel de ministro sin cartera. Seracaso una especie de ngel del ltimo Juicio, que vigila desde unadistancia vertiginosa el sistema solar? No nos preocupamos por l.En el pasado ha carecido de influencia, mientras lo ignorbamos;ahora, si nos preocupamos por l, lo atraemos a nosotros como unimn, segn nuestro subjetivismo.35
  • El simbolismo astrolgicoUn astrlogo innovador, K. E. Krafft, de Zurich, no ha temidocambiar el antiguo septenario haciendo entrar en l a Urano y aNeptuno, sustituyendo al Sol y a la Luna. Estas dos luminarias, queno son planetas propiamente dichos, salen del septenario paraconstituir con la tierra el ternario Espritu (Sol), Alma (Luna),Cuerpo (Tierra).En 1926 un Essai de Symbolisme plantaire uni a Urano al Caosprimordial y a Neptuno a la eterizacin que regresa a la Unidadoriginal. El sistema fue puesto en forma en tanto que Typocosmia,ensayo de terminologa universal. Se trata esta vez de sietearquetipos significativos en tanto que ideogramas.Urano F representa la energa explosiva del torbellino catico dedonde procede el aliento creador involutivo.Saturno S es el condensador que contracta, materializa y tiendea la inercia. Marte h acta como individualizador, multiplicando loscentros de iniciativa, distintos losunos de los otros. Venus g asocia lo que est disociado. Inauguralos procesos de reintegracin provocando todaslas afinidades de fusin. Jpiter j coordina las asociaciones, lasestabiliza por la regularizacin de su funcionamiento.Es el principio armonizador de las colectividades. Neptuno Gsublimiza y prepara el retorno a la espiritualidad incorporal.Mercurio f ocupa el centro del hexgono formado por los otrosarquetipos. Es el agente deasociacin sobre el cual todo repercute, el mdium, ointermediario necesario. Siendo menos humano, este septenario no sepresta tan bien como el de los antiguos astrlogosa las aplicaciones psicolgicas. Quedemos, pues, en lo clsico,que ha hecho pruebas aplicadas a los tipos llamadosplanetarios.36
  • El simbolismo astrolgicoSEGUNDA PARTEEL ZODACO37
  • El simbolismo astrolgico38
  • El simbolismo astrolgicoLA ECLPTICASol, Luna y Planetas, propiamente dichos, recorren la bvedaceleste sin apartarse de una zona limitada por los trpicos.Estrictamente regular, la marcha anual del Sol se efectaoblicuamente sobre un crculo, que corta en dos puntos el ecuadorsideral, para elevarse y descender marcando las estacionesextremas.Este crculo es la eclptica, porque los eclipses se producencuando la Luna se encuentra con el Sol. Se divide en cuatrosegmentos que corresponden a la Primavera, al Verano, al Otoo y alInvierno. La Primavera comienza cuando el Sol ascendente franqueael ecuador celeste; el da es entonces igual a la noche(equinoccio), lo mismo que al empezar el otoo, cuando el Sol, estavez descendente, corta otra vez en dos el ecuador del cielo. Lossolsticios, en los cuales el Sol deja de subir o de descender,determinan el Verano y el Invierno.Planisferio de correspondencias de los 22 arcanos del Tarot conlas constelaciones zodiacales y circumpolares.Por elementales que sean estas nociones, debemos recordarlaspara justificar la divisin de los360 grados de la eclptica en doce partes de 30 grados cada una.Se delimitan as matemticamente las zonas que los antiguos llamabanlas Moradas del Cielo, yuxtapuestas en el espacio separando los doscrculos solsticiales, paralelos al ecuador. Estas moradas han39
  • El simbolismo astrolgicocoincidido antes con las constelaciones cuyos nombres continanllevando, aunque, por efecto de la procesin de los equinoccios, seha efectuado un desplazamiento de 30 grados. As es que el puntovernal, de donde parte el primer grado de la eclptica, no caeexactamente bajo las estrellas fijas de Aries, sino que se aproximaa Piscis y llega a rozar Acuario. El desplazamiento se aplica,naturalmente, al conjunto del Zodaco.Esta designacin se aplica tambin a los grupos de estrellasfijas, vagamente delimitadas, que atraviesan la eclptica y a lasdoce divisiones rigurosamente iguales, calculadas a razn de 30grados a partir del punto equinoccial de la Primavera. Importa noconfundir las constelaciones zodiacales, formadas por las estrellasfijas y los Signos del Zodaco, duodenario determinado por el clculoe invisible en la bveda celeste. Y son los signos los que cuentanen Astrologa, no las constelaciones, aunque estas ltimas pueden nocarecer de influencia. Segn el Signo que ocupan, los planetas ganano pierden poder; est permitido preguntarse si la Constelacin en lacual son visibles no tiene tambin su importancia. Se admite que lavecindad de las principales estrellas fijas de la zona zodiacal noes indiferente. Aldebarn, Castor, Plux, Rgulo, la Espiga y Antares,no combinan su brillo con el de un Planeta sin alterar lainfluencia de ste.La Constelacin que ocupa un Signo durante veinte siglosmodifica, posiblemente, el carcterde ste. Aries debe haber perdido su ardor primitivo desde queeste signo retrocedi hasta ocupar la constelacin de Piscis. Encambio, Tauro debe mostrarse ms ardiente, ya que est asociado a lasestrellas de Aries. Los otros Signos pueden igualmente haber tomadodel signo que los sigue, lo que dara como consecuencia unapresentacin levemente falsa del conjunto del Zodaco, debido a laprecesin de los equinoccios.Si se impone poner las cosas en su punto, no podremos basarnosms que en el simbolismo original, que hace concordar Signo yConstelacin. Es por tanto con nimo retrospectivo que conviene verel duodenario del Zodaco para profundizar el simbolismo.No dejemos de insistir en la abstraccin, hecha en Astrologa, delas Constelaciones, pues los Signos estn determinados, no por elaspecto del cielo, sino en razn de la posicin que toma el Solrespecto de la Tierra.Notemos, pues, que los jeroglficos zodiacales: x c v b n m X C VB N M designan exclusivamente los signos, mientras que lasconstelaciones son designadas por sunombre: Aries, Tauro, Gminis, Cncer, Leo, Virgo, Libra,Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.40
  • El simbolismo astrolgicoARIES (El Carnero)El equinoccio de primavera sealaba antes la renovacin del ao.Franqueando el ecuadorceleste, el Sol se eleva desde las regiones invernales, dando laseal para despertar a las energas vegetales que duermen bajo latierra.Hace alrededor de dos mil aos el punto equinoccial de laprimavera, que designa el ideograma x, caa an bajo la constelacinde Aries, que da su nombre a la primera de las dos divisionesiguales del crculo de la eclptica, trazado por la marcha anualaparente del Sol. Esta etapa inicial de 30 grados sigue consagradaa Aries, pese a la precesin de los equinoccios, que la ha hechoretroceder hacia Piscis.El Sol acta sobre nuestro planeta en la medida en que ste seincline ms o menos sobre su eje. As pues, la influencia atribuida aAries proviene de la verticalidad del eje terrestre, y no de lasestrellas fijas entre las que se encontraba el Sol equinoccial dela primavera cuando naci la Astrologa.Lo que caracteriza al Sol de Aries, no es su posicin sideralinsensiblemente variable, sino la impetuosidad de su accinprimaveral. Los das se alargan rpidamente mientras que, con ardorsbito, el calor ataca los ltimos fros del invierno. Es entonces queataca Aries, desplegando toda su potencia de choque. Su ataque esbrusco, conquistador, pero carece de obstinacin. El triunfo de laPrimavera entraa retornos del fro, que comprometen una floracindemasiado precoz.La presuncin juvenil lanza a Aries a empresas descabelladas. Elhroe impulsivo slo escucha su coraje y arriesga ser vctima de sutemeridad. Es un Cordero que se precipita hacia el sacrificio.As se explican astrolgicamente las leyendas de los salvadoresprimaverales, nacidos en el solsticio de invierno y vctimas de sugenerosidad. Son personificaciones del Fuego Vital, animadoruniversal, que se encarna en todo lo que vive.Este es el Fuego de Aries, Agnus, que recuerda al Agni vdico yel culto primitivamente rendido a la llama sagrada, surgida de lamadera muerta que se encuentra en la cruz cristiana. Se trata de unardor latente simbolizado por el Azufre de los alquimistas Q, cuyoideograma hace alusin al Fuego B interior, oculto, pero actuando,porque la cruz + con un signo sobre ella indica que debe cumplirseuna accin elaboradora; lejos de representar a la muerte, el crucede la horizontal pasiva con la vertical activa es un jeroglfico defecundacin, de unin del espritu y de la materia. Segn se suponga ala vertical descendente o ascendente , se considera que el trabajoefectuado se traduce en involucin encarnante o en evolucinespiritualizante.El Azufre diseminado entre los seres vivientes es el Hijoencarnado del Padre Celestial, de donde emana el Fuegouniversalmente vivificante Ammon-Ra, el dios con cuernos de carnerorepresenta el Fuego sagrado, que renace cada maana con el Sol,victorioso de las sombras nocturnas, y que triunfa del invierno enla primavera. A su seal, cuando ha llegado la hora, los trabajos deconstruccin vital interrumpidos recobran su fuerza y su vigor.Los caldeos vean en el Aries celestial la manifestacin deEnmeschara, dios de la fecundidad. El cordero era ante sus ojos elanimal de Gira, el protector de los rebaos. Estas divinidades estnen contacto con el stiro Enkitu, vigoroso corredor de las estepas,con el cuerpo cubierto de pelos, a quien Guilgamesh lleva cerca del para hacerlo compaero de altas hazaas. El sabio rey de Uruk seasocia as a la energa animal, destinada a desvanecerse con el podergensico, mientras41
  • El simbolismo astrolgicola inteligencia conserva toda su fuerza. Tras haber combatidovictoriosamente junto a su regio amigo, Enkitu se adormecegradualmente para desaparecer despus, absorbido por la Tierra.Guilgamesh llora a su precioso auxiliar, renuncia despus a lasluchas heroicas para emprender el peligroso viaje hacia Occidente,que le hace desafiar las aguas de la muerte. De regreso a Uruk, elrey invoca a Enkitu, que emerge de las profundidades como elcarnero primaveral que surge de las regiones australes1.Los astrlogos han colocado a Aries entre los signos del Fuego,en consideracin al Sol primaveral que provoca el derretimiento dela nieve. El Sol es exaltado en este signo, donde el Fuego-Luzmanifiesta una espontaneidad juvenil, heroica, que inaugura lanueva carrera anual. Este resplandor de vida y de inteligenciaemana de un hogar omnipotente, figurado por el punto en el centrodel crculo O, o por un ojo trazado dentro de un tringulo. EsteFuego animador estimula en primavera las energas vitalesconstructivas, de ah la germinacin brusca de las plantas y el ardorde procreacin de los animales. La naturaleza no procede entoncescon calma, sino impetuosamente, bajo la influencia marciana. Sejustifica as la atribucin de Aries a Martecomo morada zodiacal diurna-activa. El nombre griego del diosAres, por otro lado, difiere apenas de Aries, nombre latino delprimer signo del Zodaco.Aunque distinto del bebedor de sangre mitolgico, el Marte de losastrlogos sigue siendo feroz en cuanto defensor del individuoviviente. Su aspereza se traduce en egosta lucha por la vida. Elaliento vital de Aries es, sin embargo, generoso, procreador,prdigo en energa que se derrocha totalmente, sin podercontenerse.En arte militar, Aries favorece los ataques bruscos quesorprenden al enemigo. La ofensiva alemana del 21 de marzo de 1918no hubiera podido producirse en mejor fecha astrolgica. Cuando nohay amenaza inmediata de guerra, normalmente se teme que lashostilidades estallen en primavera. Pero dichas hostilidades sedeclaran ms comnmente en las cercanas de Loo, signo de Fuego mspeligroso que el exuberante y presuntuoso Carnero, cuyo ardor setraduce con frecuencia en una llama efmera.Carnero esculpido en la necrpolis de Djoulfa (Armenia).1 P. Jensen: Das Gilgamesch-Epos in der Weltliteratur.42
  • El simbolismo astrolgicoTAURO (El Toro)El germen que acaba de brotar bajo la influencia gnea de Ariesest destinado a sufrir las pruebas sucesivas del cuaternario de losElementos. Atravesando la Tierra opaca, los brotes vegetales debenenfrentar al Aire agitado, resistir a sus rfagas, absorber el aguaque se hincha de savia, hasta prestarse finalmente a la maduracindel Fuego estival.El segundo signo del Zodaco, Tauro c, es terrestre, porque sealala poca en que las plantas jvenes prenden su raz, para obteneralimento del suelo trabajado. As, el animal cuyo trabajo prepara laTierra a la fecundidad, sucede justamente a Aries, en el duodenariozodiacal. Ya no se trata del agresivo quebrador del hielo, delimpulsivo liberador de las energas aprisionadas, sino del pesado,metdico y perseverante labrador, que asume el dar valor a lasuperficie terrestre. Tauro trabaja sin apuros, sin que nada ledetenga; su mpetu es contenido, disciplinado, aplicado; no hay en lningn aliento impetuoso, sino el esfuerzo paciente que vence lasresistencias ms obstinadas.Distinguimos al Buey del Toro fecundador, que fue favorito deIshtar, la diosa del sustento y la transmisin de la vida. Pero elanimal celestial, cuyo ojo es la brillante estrella llamadaAldebarn, slo es de buen presagio como astro matutino. El Toroaparece entonces en todo su vigor primaveral: ya no es as cuandoAldebarn est en oposicin con el Sol, surgido de los bordes deAntares, la gran estrella roja de Escorpin. Como nos lo muestra elcrecimiento del culto de Mitra, el poderoso fecundador essacrificado, mientras el prfido Escorpin se aferra a sus genitales.El Invierno se acerca, la Tierra ya no es fecunda, porque el Toropoderoso se ha vuelto impotente: es el Buey, y como tal representala Tierra, en tanto que Elemento pesado opuesto al aire ligero eintermediario entre el Agua fra y el Fuego trrido.La Tierra de Tauro es en Astrologa la morada nocturna de Venus yel lugar de exaltacin dela Luna. Se trata de Venus generatriz y de la Luna creciente,protectora de la gestacin, en el curso de la cual toma forma lo quedebe nacer.El germen que hace brotar el Marte solar de Aries, est obligadoa formarse un cuerpo con la ayuda de Venus y de la Luna, querealizan las riquezas de la Tierra fertilizada por Tauro. A esteanimal debemos nuestra vitalidad venusina y nuestra forma orgnica;l es quien nos hace vivir fisiolgicamente. Pero la vida fisiolgicano es nuestro don ms precioso, porque la animalidad no es para elhombre ms que el apoyo para una vida ms elevada. Esta es la raznpor la cual el43
  • El simbolismo astrolgicoiniciado debe matar en l al Toro, es decir, morirvoluntariamente a la grosera de sus instintos y pasiones.Cuando Guilgamesh ofende a Ishtar, rechazando sus avances, seafirma como liberado de la esclavitud de los sentidos, pero, poreso, se acarrea la clera vengativa de la diosa de la sensualidad.Para castigar al culpable, la irascible Ishtar hace descender sobrela tierra al Toro celestial, cuyo aliento est envenenado.Poderosamente ayudado por su aclito Enkitu, el Hombre-Carnero, reyde Uruk, defiende a sus sbditos y termina por liberarlos delflagelo ishtariano. Enkitu trae de la lucha unos inmensos cuernosde marfil incrustados de lapislzuli. En ellos se guarda un blsamocurativo, remedio para los males desparramados por la bestiadevastadora. Sin embargo, Enkitu muere, vctima de una implacableenfermedad de languidez. Con l muere la personalidad inferior quese haba puesto al servicio de la sabidura sobrehumana deGuilgamesh.Ishtar es la seductora que hace amar la vida. Atrae al espritupara unirlo a la materia, obligndolo a elaborarla para afinarse yespiritualizarse. El Iniciado sabe que esta diosa recompensagroseramente a los seres groseros, pero reserva un premio superiorpara quien logra elevarse hasta la nobleza de los sentimientosgenerosos. Aquel que, siendo bueno, ama con fervor lo Verdadero, loBueno y lo Bello, es amado por la Madre de los vivientes, Afroditaetrea, que ya no es precisamente la Venus del Toro.44
  • El simbolismo astrolgicoGMINIS (Los Gemelos)La prueba de la Tierra consiste para la planta en hundirse paratomar races slidas. Cuando se ha efectuado el descenso, empieza lasubida. Se trata entonces de conquistar el aire bajo el signo areode los Gemelos (Gminis). La constelacin de este nombre rodea doshermosas estrellas, Castor y Plux, que aguardaban antao al Sol enel punto ms alto de su viaje anual. Se les ve como dos nios ojvenes inseparables, uno llevando la lira de Apolo, el otro la mazade Hrcules; el primero representa la luz espiritual, fuerza deentendimiento y de armona; el otro representa la energa que setraduce en actos. Los babilonios vieron en la unin de las dosestrellas una alusin a la colaboracin fraternal de Guilgamesh y deEnkitu; de ah la Sabidura que discierne y la Fuerza ejecutiva, querealiza lo que concibe la inteligencia. Nada fue imposible a lapareja heroica, mientras el rey de Uruk se benefici con la energabrutal del stiro agreste, amansado gracias al hierdulo que lo habaarrancado de la estepa. Librado a su intelectualismo, Guilgameshdeba reducirse a las conquistas del espritu, que lo llevaron apeligrosas exploraciones en el reino de la inmortalidad. Lamitologa griega confiere carcter divino nicamente a Castor, quien,al morir Plux, quiere renunciar en favor de ste a los privilegiosde la divinidad. Los Gemelos se aproximan, por tanto, a unafraternidad humano-divina; corresponden a la dualidad que sefusiona armoniosamente en el ser desarrollado, que ha entrado ya enplena posesin de sus medios de accin intelectuales y fsicos.En el Tarot, bajo el Sol del Arcano XIX, un muchacho y unamuchacha se mantienen tiernamente abrazados en medio de un crculode flores. Son los clsicos Dioscuros, convertidos en hermano yhermana, para simbolizar, no ya los dos crepsculos, sino lafraternidad humana, objeto de la civilizacin. Esta se desarrolla alabrigo de un crculo, garanta de la paz indispensable a las riquezasfiguradas por la lluvia de oro solar.Morada diurna de Mercurio, el signo de Gminis favorece eldiscernimiento prctico, que hace hbil y ayuda a triunfar en lavida. El mercuriano de los Gemelos se eleva por su inteligenciaasimiladora y brilla en los ms altos puestos sociales. Se enriquecepor el comercio o la especulacin, y puede rendir inapreciablesservicios, como diplomtico conciliador, sin tener escrpulos paraexplotar todo sabiamente. Cuando los das se alargan a costa de lanoche, los espritus se iluminan en armona con las flores que seabren. La magia de los colores y de la claridad, la dulzuraatmosfrica, invitan al alma humana a abrirse a la bondad, a lapoesa, a todo lo que embellece la vida. Ninguna estacin se prestamejor a las enseanzas moralizadoras; para esclarecer a los que estnen el error, Castor y Plux, son los mejores auxiliares: tienden ahacer reconocer la inutilidad de las doctrinas que engaan a lospueblos.El Aire luminoso de Gminis favorece el espritu mercuriano, quechispea, pero que sacrifica todo al brillo superficial, sinpreocuparse de la permanencia imperecedera. Las flores encantan,pero se marchitan y el Sol slo se eleva hasta su punto ms alto paradescender hacia la tierra, que reclama un calor madurante. En laalegra exuberante y mercurial de los Gemelos hay aturdimiento,porque ellos45
  • El simbolismo astrolgicoaspiran a elevarse indefinidamente, mientras que la Sabiduraensea a descender despus de haber subido.En la Iniciacin, el mirto surge de la Tierra como el vegetal queerige en el Aire la Torre de Babel de su tronco, destinado a llevarhojas y flores. El mirto se eleva tambin lo ms alto que se puede,llevando a cabo una Ascensin que precede al Pentecosts, que enva ala Tierra al Espritu Santo. Estas fiestas cristianas, como todaslas de la liturgia, coinciden con el ritmo de las estaciones.La Alquimia hace corresponder el tercer Signo del Zodaco a laSublimacin que sufre la materia putrefacta en el Huevo filosfico.Convertido en negro, el sujeto es entonces visto como muerto en laTierra de Tauro, donde se descompone en beneficio de su Mercurio,que, libre, se eleva por el cuello de la retorta, lugar de unacondensacin que se resuelve en lluvia. Ha sido necesario activar elfuego para provocar la evaporacin que separa lo sutil de lo espeso.As, las operaciones de la Gran Obra corresponden a las del ao,realizadas por la alquimia solar. Al negro terrestre sucede en elorden de los colores operatorios el blanco nativo intermediario,que la luz verdea cuando se instala en el Aire, esperando eldespliegue de la cola de pavo real, equivalente en Alquimia a lafloracin primaveral.46
  • El simbolismo astrolgicoCNCER (El Cangrejo)Cmo no celebrar a la luz cuando los das son los ms largos delao? Las dichas del solsticio de verano se imponen a los pueblospara quienes el Sol no se oculta cuando est en la cima de su curvaanual. Antao los ritos sagrados tenan la pretensin de demorar elacorte de los das: las fogatas de San Juan son un recuerdo de esto.Las tradiciones masnicas celebran el triunfo de la claridad moral eintelectual, mientras la noche se reduce al mnimo. La rosa seconvierte, en ese momento, en el smbolo de la floracin que eleva alhombre sobre la bestia. Conviene recibir filosficamente elsolsticio de verano, como una invitacin a la introspeccin luminosa,En qu se ha esclarecido el sabio durante la progresin de la luzfsica? Se ha mantenido de acuerdo con ella, adquiriendo nuevosconocimientos que le permiten enriquecer su espritu? La savia hasubido por los vegetales: ya estn ricos y prontos a formarramilletes con el nombre de hierbas de San Juan.Hay que elegir estas hierbas: son objeto de una bsqueda sabia yno de una cosecha en masa. A qu aluden, pues, en el planoespiritual? Todo lo que es precioso no es necesariamente nutritivo,la imaginacin reclama algo ms que alimento: le hacen faltaestimulantes sutiles y delicados remedios luminosamenteelaborados.La Luna es duea de Cncer, Signo del Agua, dispuesto a laconstruccin acuosa de los organismos. La Luna-Imaginacin gobiernael lquido vital disperso en formas creadas por el crecimiento. Esla inteligencia arquitectnica que concibe, para cada especie, elplan constructivo de los individuos. Los babilonios lo convirtieronen su Dios-Luna, Sin, padre de Ishtar, la diosa de losvivientes.Absorto en la creacin de formas que varan hasta el infinito,este artista divino acta sobre el Agua de Cncer, que es dcil a sussugestiones. Su obra glorifica a Jpiter, el jefe de los dioses, dequien Cncer es el lugar de exaltacin.Aquellos favorecidos por esta divinidad son genialmenteimaginativos perciben lo que escapa a la vulgaridad, disciernen lavirtud de las plantas y saben adivinar las influencias misteriosas.Si, adems de tener la Luna como tnica, se benefician de un Soldominante, las personas a quienes corresponde este signo estarnpredispuestas a imaginar apropiadamente. Lejos de toda imaginacinpasional, ellos podrn recibir impresiones fieles, nodeformadas.Pero esta lucidez, que puede manifestarse accidentalmente, no seadquiere definitivamente ms que en virtud de la purificacin de laprueba del agua. Despus de descender hasta lo ms bajo (Tierra D),tras trepar hasta lo ms alto (Aire A), es necesario regresar alequilibrio medio, al nivel del mundo sublunar, que representa elArcano XVIII del Tarot. Vemos el sendero penoso de la vida,humedecido por un sudor de sangre. El camino pasa junto a unpantano, frente al que es peligroso detenerse, porque un cangrejogigante atrapa a los que all se paran: el crustceo retrgradoconsigue as su presa. Un poco ms lejos ladran furiosamente dosperros, son los perros de la cancula, en la que brillan Sirio yProcin. Si el viajero se deja intimidar est perdido, pero losperros no osarn morderlo si pasa valerosamente entre ellos.47
  • El simbolismo astrolgicoDespus deber penetrar en un desfiladero guardado por temiblesfortalezas, desde las queamenazan enemigos ocultos, adversarios entre s, pero que seponen de acuerdo para detener su avance. El avance prosigue en unterreno traicionero, lleno de abismos y de trampas hasta que, porfin, tiene ante s los campos ilimitados que se abren a la temerariaimaginacin exploradora.Nadie escapa a las acechanzas de este mundo inexplorado, si noest esclarecido ms que por el plido reflejo de la luna, engaoso confrecuencia. Sin gua interior que lo ponga en guardia contra lasilusiones, la penosa peregrinacin no podra realizarse. Hay cadas,de las que hay que levantarse; pero aquel que no se descorazona, seinicia en los misterios divinos.El rito masnico ignora a los ensordecedores perros, pero hace oral iniciado el ruido de una tempestad, sordos clamores y,finalmente, el golpeteo persistente de armas que se entrecruzan. Eliniciado atraviesa un campo cerrado, donde unos gladiadores seatacan como defensores de tesis opuestas. Guardndose de tomar parteen vanas querellas, en las cuales las palabras son el motivo, sealeja de los combatientes posedos por semejante logomaquia y seacerca a un gran ro, donde la rpida corriente arrastra lasopiniones recibidas. Esta vez, el misto debe dar pruebas deautonoma de juicio, atravesando a nado torrentes impetuosos. Siparticipara de pre
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