Eclesio Gutierrez – [PDF Document]

  • ECCLSIOLOGIA Y REINO DE DIOS EN G. GUTIERREZ: aproximacin y crtica por Juan Schvindt I. MARCO QUE DIO ORIGEN A LA OBRA 1.1. Poltico-social-eclesiolgico El problema del liberalismo modernista que haba motivado al papa Juan XXIII a convocar al Concilio Vaticano II no era slo europeo. En 1961, John F. Kennedy lanza la «Alianza para el progreso». El desa-rrollismo entraba as en Amrica Latina. Muy pronto se logr visua-lizar la inviabilidad de este camino y se comienza a desarrollar la as llamada «teora de la dependencia», encabezada, fundamentalmente por socilogos brasileros, extendindose ms tarde a todo el mbito del continente latinoamericano. De manera que se comienza a hablar de dependencia-liberacin como alternativa a la estrategia integracio-nista de los EE.UU. La iglesia latinoamericana no poda dejar de acompaar tal pro-ceso. As colabora con programas de educacin de la UNESCO (1957); en Fmeque, Colombia (1959) el CELAM «planifica la accin apostli-ca de la iglesia frente al problema de la infiltracin comunista en Am-rica Latina»1; en 1961 se discute sobre pastoral para la familia en Amrica Latina2. En este ltimo encuentro se establecen 3 lneas que apuntan hacia algo nuevo: 1. hay un estudio sociolgico de la familia; 2. hay conciencia de que se est formando una cultura y con-ciencias humanas al exterior de la iglesia visible; y 3. se reconoce el problema y se da cierta autonoma a la pro-blemtica 3. Oe esta manera se concibe una teologa de la familia en dilogo con la nueva situacin (ruptura de la relacin sagrado-secular). Tam-bin hay una cierta conciencia, aunque incipiente y ambigua, de los factores revolucionarios que se mueven en el continente, al comenzar a cuestionar el desarrollismo en sus discusiones. De todos modos, la iglesia acompaa la experiencia desarrollista con su correspondiente cuota de esperanza. Las expresiones ms acordes con este plantea-1 Las 15 asambleas ordinarias, en CELAM 10, n 101 (1976) p. 26. 2 Ibid. 3 Apuntes de clase de Catlico Romana, I semestre 1976, Dr. M-guez Bonino.
  • miento las encontramos en el documento sobre desarrollo e integra: cin de Amrica Latina, producido en la reunin del CELAM celebra-da en Mar del Plata del 9 al 16 de octubre de 1966. El contexto que precede esta reunin es dinmico (por lo conflic-tivo) a raz de numerosos hechos que impactan en el continente, de los que enumeraremos slo algunos: – en 1959 se produce la toma del poder en Cuba por parte del grupo guerrillero de Sierra Maestra; – en 1961, Kennedy lanza la «Alianza para el progreso»; – en 1963 muere Kennedy, y con l, la posibilidad de su proyecto para Amrica Latina; comienzo de la crisis liberal/modernista; – el programa de la DC en Chile era el de la «revolucin en liber-tad», hecho coincidente con la aparicin de Camilo Torres, que causa un gran impacto en el escenario latinoamericano; – en la Argentina hay un crecimiento cualitativo y cuantitativo de las fuerzas productivas, por ej. la empresa automotriz que se enmarca en el desarrollismo como proyecto para Amrica Latina, desde el centro; – en 1966 muere Camilo Torres; – en 1967, como radicalizacin de la lnea de la doble negacin surgida del Concilio, aparece el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y otros similares en el resto del continente. Estos hechos, evidentemente estn implcitos en la discusin de Mar del Plata. Helder Camera introduce la temtica de los factores estructurales del desarrollo, complementado con el aporte del Padre Larran, cuya conciencia social y poltica es posterior al desarrollismo. Comienzan a mostrarse las ambigedades que la lucha ideolgico-po-ltica introduca en la iglesia. De hecho, esta situacin no era ms que simple explicitacin de una situacin latente, implcita, pero real. De esta manera notamos dos lneas que se van perfilando en el catolicismo latinoamericano; la conservadora y la progresista. Ambas convergen en Medelln. 1.2. Culminacin y comienzo de un largo proceso Medelln no fue una reunin ms. Obedece a una serie de factores que permiti a un telogo como J. L. Segundo a calificarla de «la ms coherente, la ms entusiasta y la ms comprometida de las reu-niones episcopales.4 Dos factores entre otros ya mencionados, fueron los que apresuraron este hecho: 1. La necesidad de unificar los episcopados nacionales ante los resultados del Vaticano II (aunque algunos obispos estuviesen an en Trento); y, consecuentemente; 4 Segundo, Juan Luis. Accin Pastoral latinoamericana: sus moti-52 vos ocultos, Bsqueda, Buenos Aires, 4972, p. 49. I
  • 2. La traduccin del Vaticano II en Amrica Latina a partir de un pensamiento y prctica concentrada en la problemtica socio-poltico-econmica del continente. Este aspecto lo notamos por la metodologa que presentan los documentos, a saber: 2.1. caracterizacin de la situacin, 2.2. enunciacin de principios teolgicos envueltos, y 2.3. consecuencias pastorales. Qu fue Medelln, visto ahora a la distancia? Es mucho lo que se puede decir en este aspecto. Slo nos limitaremos a afirmar que, como hecho histrico, gener una esperanza que muy rpido se esfu-m. Fueron varias las razones, especifiquemos slo algunas: 1. La primera y fundamental es la ambigedad del lenguaje que utiliza y su consecuente vaciamiento. 2. La imposibilidad creciente de terrenos mixtos, que algunos creen posible; y, por ltimo y sumamente importante, 3. Las crecientes dictaduras militares en Amrica Latina, como consecuencia de las crisis cada vez ms agudas del desarro-llismo. Todo esto (que son slo algunos aspectos), ayud a conformar las dos lneas que mencionramos anteriormente y que se creen tributa-rias de Medelln: la conservadora y la progresista. Qu sucedi desde este histrico encuentro hasta nuestros das? Evidentemente que, desde 1968 hasta ahora mucha agua ha pasado bajo del puente a todos los niveles, especficamente en el geopoltico. Todos estos aspectos sugieren un movimiento dinmico que es am-biguo y conflictivo a la vez, y del que la iglesia no est ausente como factor de poder. En algunos lados lo negocia, en otros lo pelea a travs de las opciones que ve convenientes. En ambas situaciones Medelln, como proyecto estratgico, no est presente. Su espritu permanece en aquellos que asistieron a Medelln ’68 con la esperanza de una alternativa proftica y, que luego a su regreso, implementaron los elementos que en esta direccin les brindaba. El sector conserva-dor hizo lo mismo. La obra de G. Gutirrez (G.) de la que analizaremos solamente dos aspectos, desde una perspectiva crtica, es la articulacin terica y coyuntural de una de estas opciones. As surge la as llamada «teo-loga de la liberacin», como un intento de sistematizacin y llamada proftica de y para los sucesos que en los mbitos social y eclesio-lgico acontecan en el continente.5 Los hechos posteriores a Medelln nos han trado hasta el pre-sente, donde se nos hace necesario replantearnos nuestra forma de 5 Cf. la sntesis que nos presenta Mguez Bonino, Jos en «El nuevo catolicismo» en Fe cristiana y latinoamrica hoy, Certeza, Bue-nos Aires, 1974, p. 89. Aqu se puede percibir con suficiente claridad la ambigedad de Medelln.
  • hacer teologa hoy en el continente. Este replanteo no desmerece una forma de hacer teologa, al contrario busca un reacomodamiento ante la situacin de cautiverio que vive en estos momentos. II. ASPECTO SACRAMENTAL DE LA IGLESIA 2.1. Sacramento de la historia G. coloca la tarea eclesial dentro del plan salvifico; tratando de evitar, lgicamente, una reduccin de la obra salvifica a la accin de la iglesia. De manera que «del tipo de relacin que establezcamos entre ambas depende, en definitiva, toda eclesiologa».6 La iglesia ha ido sufriendo un proceso de evolucin a travs de la historia, mar-cado por cambios que van de lo cuantitativo a lo cualitativo. Este cambio se da en su autocomprensin en trminos eclesiolgicos y de la historia como una unidad que ya no permite la disociacin entre historia sagrada y secular envolviendo, de este modo, a toda la hu-manidad. De esta manera la obra de salvacin le da al devenir hist-rico de la humanidad unidad y significado. Una rpida mirada a la historia de la iglesia nos lo muestra. En los primeros siglos los que aceptaban a Cristo lo expresaban intui-tiva y espontneamente. La Edad Media con su jerarquizacin lleg a pensar y a aplicar sin lugar a dudas el concepto «fuera de la iglesia ni hay salvacin»; Con el correr del tiempo, se comenz a tolerar el poder poltico y la libertad de decisin en materia religiosa. Los efec-tos de las nuevas situaciones histricas se hacen sentir fuertemente en la iglesia a partir del Siglo XIX y comienza a avanzar a pasos agigantados en estas ltimas dcadas culminando con el Vaticano II. En el proceso que esbozramos arriba cmo afect a la auto-comprensin-comprensin de la iglesia? Podemos sintetizarlo en lo si-guiente: reconoce la autonoma de lo secular, pero lo subordina a su interpretacin teolgica, aunque sentando nuevas bases para la com-prensin eclesiolgica. Esa nueva base va a ser el concepto de la igle-sia como «sacramento» que, «permite, en efecto, pensar a la iglesia en el horizonte de la obra salvifica y en trminos radicalmente distin-tos a los de un enfoque eclesiocentrista»7 Cul es el sentido que G. le da al sacramento? Cules son sus races histricas? Segn G.f esta palabra tiene «en teologia, dos sentidos estrechamente rea cionados».8 Inicialmente, siguiendo la lnea de Pablo se traduca los mysterion. Este misterio como la revelacin de algo que estaba oculto (Col. 1,26) significa el encuentro de Dios por parte de los hombres, en la historia, porque la historia viene de Dios. Sin embargo, y por otro lado, Tertuliano en el s. Ill «comienza a d
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