Relatos RENFE 2011 – [PDF Document]

  • Las Cercanas de Renfe de Madrid intentan transportar, cada da, los sueos de ms de un milln de viajeros, atravesando la imaginacin de sus silencios, y tambin las calles y ciudades hacia las que se dirigen.Sus noventa y nueve palabras ensanchan nuestro compromiso cultural y social, e intentan elevar ese ideal de ofrecer, contra la monotona cotidiana, un sistema de transporte tan creativo y de calidad como estos mismos relatos.V Aniversario Relatos BrevesEl tren y el viajeRenfe Cercanas de Madrid
  • La Real Academia de la Lengua Espaola define escribir como comunicar a alguien por escrito algo; y viajar como trasladarse de un lugar a otro, generalmente distante, por cualquier medio de locomocin. Por eso no debe resultar extrao que desde una empresa de transportes como Renfe se promueva cada ao un concurso de relatos: viajar es comunicarse. Por qu elegimos la modalidad de relatos breves? Quizs porque desde Cercanas Madrid queramos unir el concepto de comunicacin con el concepto del tiempo pues, no en vano, nosotros vendemos tiempo, adems de comodidad, atencin y buen servicio. Y ahora nos animamos a publicar esta recopilacin de relatos ganadores y finalistas de los cinco aos de certamen, como un pequeo homenaje a los autores que han participado en el mismo. Y a los que an no lo han hecho, les animo a hacerlo y les recuerdo lo que dijo el escritor Paul Auster: Necesitamos desesperadamente que nos cuenten historias. Tanto como el comer, porque nos ayudan a organizar la realidad e iluminan el caos de nuestras vidasM. Magdalena Bodeln AlonsoDirectora de Renfe Cercanas MadridEl tren y el viajeprlogo
  • Renfe Cercanas de Madrid7Renfe Cercanas de Madrid6Primer PremioDesde la ventanilla Autora: Clara Isabel Martnez CantnElhombrequenuncahaballorado mont en el tren de vuelta a casa. Nunca haba llo-rado de alegra, de dolor, ni de emocin. Ni siquiera para rerse muy fuerte. No era motivo de orgullo.Ese da, en el tren, Elhombrequenuncaha-ballorado vio una imagen bellsima. La nieve cubra llanura, montaas; de cada rbol y arbusto colgaban lgrimas blancas.El hombrequenuncahaballorado sinti cmo se revolvan sus tripas y suba a sus ojos el agua.Justo cuando la primera gota se dispona a superar la barrera del prpado el tren lleg a su destino.Lstima que los trenes de hoy sean tan r-pidos.El tren y el viajepremios 2011V Certamen 2011Segundo PremioLa Corbata Autor: Francisco MolinaNo llev de equipaje ms que una hermosa corbata de seda que me regal mi padre y una autntica obsesin por doblegar al mundo. El infernal traqueteo de la destar-talada cafetera en la que viajaba, era para mi osada juventud una simple y dulce can-cin de cuna. Al despertar, pronto advert lo errado de mis clculos en cuanto a la for-taleza del mundo. Vuelvo a casa cuarenta aos despus, acompaado por los ruidos de mi cuerpo maltrecho, en un elegante, veloz y silencioso tren que no me deja con-ciliar el sueo, acariciando la corbata que nunca estren. Tercer PremioTrayecto ertico Autora: Marina Aoiz MonrealEn el tnel de tu boca sabor a cerezas. En-tr en el traqueteo de la escritura mientras tu mano en brasas recorre los rales de mi espalda. La tarde, madreselva desmelenada entre las piernas, deja atrs ro y follaje. El polen de cristal y los dardos del enebro buscan recovecos de luz en la cintura. Pal-pitantes tus dedos, descerrajan los botones de ncar ahora que una voz anuncia la lle-gada.premios 2011
  • Renfe Cercanas de Madrid9Renfe Cercanas de Madrid9Ascesis Autor: L4UEra un da soleado, pero dentro del tren llova. Tard un rato en darme cuenta de que no eran mis lgrimas. Abr los ojos, a tiempo para ver una gota cayendo sobre mi frente. El impacto, lejos de sentirse violento, calm mi conciencia. Me incorpor con decisin. La seora de enfrente me mir con normalidad, y apart los pies esperando que me pasase al asiento de al lado para evitar la gotera. Sin embargo, lo que hice fue subirme a l y beber el agua que manaba del conducto. Al salir del vagn estaba limpio por dentro, por fin.Estacin de Recuerdo Autor: Christian Montalbn Rodrquez Los trenes nunca llegan a tiempo para encontrarte. Las pala-bras que alguna vez te dir en susurros ya estn escritas, y se pierden en el ruido de los andenes, el traje que te quitars aquella tarde de noviembre con urgencia ayer te lo regal y los besos que nos daremos sabrn a pasado porque t y yo ya nos conocimos en otra vida sin nombre. Me bajar en la primera estacin que me recuerde a ti. Sueos Extraos Autor: Ana Ruz Echauri Sali de viaje con urgencia. Era consciente: haba dejado la llave puesta en la puerta de su casa. Desasosiego. Angustia. Luego, resignacin. Regres con ms urgencia an. El portero le dijo: Ha venido la polica, alguien ha entrado en su casa, necesitan saber qu falta. Extrao. S. Nada faltaba. Quien entr termin el cuadro in-concluso. Escribi el final de la novela guardada en el or-denador. Lav los platos y recogi la ropa dispersa sobre la cama. Subi al vagn sabiendo que no portaba el leve peso de las llaves. Sonri. Anhelaba la sorpresa del retorno. finalistas finalistas 2011
  • Relatividad Autor: Miguel Ruz Suesa Dos jvenes juegan a Ping Pong a bordo del tren. Imagine-mos la pelota botando de un lado a otro de la mesa. Ahora imaginemos un turista que camina junto a la va cuan-do pasa el mismo tren. Si pudiese ver la pelota, esta volara cincuenta metros antes de rebotar. Relatividad. El tren est quieto y el mundo gira bajo las rue-das. Notamos un leve traqueteo, porque el mundo es imper-fecto. Relatividad? El tren corre a toda mquina. Y ahora el mundo est quieto. El turista sale despedido por los aires y cae, perplejo, en me-dio del mar. Buscando Autor: BarriCuando Hernando Corts conoci a Sur de la Palma, supo sin dudar que estaba enamorado.-Ahora no declar ella- Bscame cuando no puedas sopor-tar ms amor.Y se fue.Arrastrado por su corazn Hernando dej su vida para buscar-la. Muchos trenes le llevaron por paisajes cambiantes. Luces y sonidos desconocidos llenaron su cabeza. Sus manos se hi-cieron speras en trabajos ajenos. Acarici pieles de colores distintos al suyo.-Saba que vendras- declar ella cuando al fin la encontr Hernando la mir un momento.-Pero ya no te quiero. Me he enamorado del viaje.Y se fue.Trnsito Autor: MayordomoEl tren avanzaba hacia el tnel. Brun tambin. Atrs queda-ba su asiento y su timidez. Su destino, la bella, aguardaba. Rubn dej de leer maldiciendo la oscuridad, mientras Brun se perda en las pginas del libro y la bella se encontraba unas filas ms adelante. Entonces lo envidi, y quiso levan-tarse e imitarlo, llegar hasta su bella. Y sin atreverse, imagin que Brun no esperara, que la alcanzara antes en el relato. Pero ella permaneca ah, real, ante sus ojos, anhelando la luz. Por ello persisti paciente. Brun tambin, en algn lu-gar, mientras el tren escapaba del tnel.Renfe Cercanas de Madrid11Renfe Cercanas de Madrid11Qumica Autor: Manuel Rodrguez BorjaRealmente, les encantaba hacer el amor en el tren. Sentados uno frente al otro, inmviles, comenzaban el mutuo cortejo. Un centelleo en los ojos y una media sonrisa desabrochaban el primer botn.En Puente Alcocer, los zapatos ya no eran un problema.Para Recoletos, todo era cuestin de lencera.Y en Nuevos Ministerios, la implosin, un cerrar de ojos im-perceptible, casi clandestino.Cuando el tren llegaba a Chamartn, se mal vestan a mira-das, tal y como haban comenzado. Y jadeantes abandonaban su reducto cmplice, rumbo a su rutina diaria. Medio desnu-dos, aunque slo ellos lo supieran.Penthein Autor: Sergio Pellicer VallsAll estaba, muchos aos antes, discutiendo con otro chico tras la ventanilla del tren de enfrente. Pelo negro y piel ter-sa, alma pura e incorrupta. Aporre el cristal, hice mil seas tratando de advertirle. Bjate de ah, no sigas por ese cami-no!. Pero no pudo escucharme y desde mi asiento asist por ensima vez al momento en que apretaba el gatillo. Tras el disparo son el silbato. Mi tren prosigui su trayecto hacia el abismo, el suyo puso rumbo a mi presente.Gravis Somnus Autor: Daniel Aznar AlonsoHay que procurar no cortar los rboles, pero es complicado no daar los postes ni el cableado del telfono. Mi mano sube y baja, ondulante. Ahora hay unas casas a lo lejos, tengo que tener ms cuidado. Subo la mano. Lo primero son las vidas humanas, me digo. Y as, entretenido junto a la ventana, paso el resto del viaje, jugando a que todo lo que hay entre la lnea de mi mirada y mi mano es cortado irremisiblemente. Como un dios annimo que decide lo que salva y lo que condena antes de caer dormido.
  • Sin billete de vuelta Autor: Ricardo Costa Asensio Otra explosin, llueve barro. En la trinchera, ni fro ni hume-dad. Slo el olor del miedo.Tengo veintin aos. He recorrido medio mundo: cruc Am-rica con quince, con diecisiete compraba seda en China para venderla en India. Con diecinueve serva caf en el transibe-riano y amaba por primera vez, de madrugada, en el suelo del vagn restaurante.Hoy, quince de Marzo de 1916, afront un viaje ms corto. Desde una trinchera en mitad de Blgica, espero el silbato que nos empuje a correr contra el enemigo. Un viaje breve,rpido. Que no sea el ltimo.El buen perder Autor: Ricardo Rovira Sanz Siempre que subo al tren intento perder algo. He descubierto que cuanto ms pierdo mejor me encuentro. Necesito des-prenderme de todo, perderlo. Ya se ha convertido en una rutina.No siempre me sale bien, porque siempre hay alguien que me descubre. seor, se olvida la gorra Hoy hice agujeros en mis bolsillos, no quiero tener absolutamente nada encima.Cuando llegue al fin
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