libro1 schopenhauer – [PDF Document]

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En esta tercera edicin el lector no echar en falta nada de loque contiene Ia segunda y s recibir, en cambio, bastante ms, yaque, debido a las adiciones que se le han incluido, con la mismaimpresin contiene 136 pginas ms que la segunda. I Siete anos despusde apgrecer la segunda edicin, he editado los dos volmene deParerga y Paralipomena. Lo incluido en elsegundo ttulo consiste enadiciones a la prqsentacin sistemtica de mi filosofa y podra habertenido su I’rgar_en los presentes volmenes: pero entonces tuve quealojarlo donde pude, ya que era muy dudoso que liegara a ver estatercera edicin. Se encuentra en el segundo volumen de losmencionados Parerga y se reconoce con facilidad en los ttulos delos captulos. Francfort del Meno, septiembre de 1859.PzuMERACONSIDEMCIN:

LIBRO PRIMERO

IEL MTINDO COMO REPRESENTACIN

IA

REPRESENTACIN SOMETIDAAL PRINCiPIO DE

MZN:

EL OBJETO DE LA EXPERIENCIA Y LA CIENCIA

Sors de I’enfance,

ami, rueille-toi!

Jean Jacques Rousseau

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infanci;r, amigo, despiertal, La nouuelle Hloise Y, 7l

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nEl mundo es mi representacin,: esta es laverdad que vale paratodo ser viviente y cognoscente, aunque solo el hombre puedellevarla a la conciencia reflexiva abstracta: y cuando lo hacerealment, sur-$e en l la reflexin filos{ica. Entonces le resultaclaro y cierto que no conoce ningn sol ni ninguna tierra, sinosolamente un ojo qo» ve el sol, una mano que siente la tierra; queel mundo qu. ir rd.» no existe ms que como representacin, es decir,solo en relacin con otro ser, el representante, que es l mismo, «-Si alguna verdad a priori puede enunciarse, es esta: ‘pues qllaconstituy» l» .*pt.tin de aquella forma de toda experiencia posiblee imaginable, forma que es ms general que cualquier otra, ms que eltiempo, el espacio y la causalidad: porque todas estas suponen yaaquella; y si cada una dqestas formas que nosotros hemos conocidocomo otras tantas config\raciones especiales del principio de taz6nvale solo para una clase especial de represeitaciones, la divisinen sujeto y b»to es, por el contrario,’la forma comn de todasaquellas clases; es aquella forma solo bajo la cual es en generalpsible y pensable alguna representacin de cualquier clase,absir»»t» o iutuitiva, pura o empqica. Ninguna verdad es, pues, mscierta, ms independiente de tods las dems y menos necesitada dedernostracin que ett», que todo lo que existe para el conocimiento,o sea, todo este mundo, I es solamente objeto en referencia a unsujeto, intuicin de alguien que intuye; en una palabra,representacin. Naturalmente, esto vale, igual que del presente,tambin de todo pasado y futuro, de lo ms.lejano como de lo prximo:puesvale

dil tienlpo y el espacio

mismos, nicamente en los cuales todo

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aquello se distingue. Todo lo que Pertenece y puede perteneceral mundo adoiece inevitablemente de ese estar condicionado por elsujeto y existe slo para el sujeto. El mundo es representacin’ Estaverdad no es en modo alguno nueva’ Se hallaba ya en lasconsideraciones escpticas de las que parti Descaites. Pero fueBerkeley el primero que la formul claramente : con ello ha contradoun mriio inmortal en la filosofa, si bien el resto cle susdoctrinas no se puede manfener. l’primera’falta de Kant fue eldescuido de eie principio, tal y como se ha explicado en el apndi;ce; En el ltimo de sus tratadost On the philosophy af theAsiatics;’ 51r

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MUNDO COHO REPRESENTACIN

SoMEfIDA At PRINcIPIo DE RAzN

Asiatic researcbes, vol. IV, p’ L64, W. lones atestigua lotempranamente que la sabidura hind conoci esa verdad fundamental,ya qu. apri.c. como el principio fundamental de la filosofa vedantaairbuida al Vyasa: the fundarnental tenet of the Vedanta school’consisted not in denying the existence of matter, thqt is ofsolidity, inpenetrability, and extended figure (to deny which wouldbe lunacy), but in correcting the popular nation of.it, and incontendng tbat it bas no essence independent’of mental perception;that existence and perceptibility’are eonuertible termsl. Estaspalabras expresan suficientemnte la coexiitencia de la realidademprica y la idealidad transcendental. As pues, eli este primerlibro consideramos el mundo desde el aspecto indicado, solamente enla medida en que es representacin.

tambin, por desgracia, degener en Kant la cosa en s), es-un

«r*td:soado,

y su suposicin un fuego fatuo de la filosofa.

s2Aquello que todo lo conoce y de nada es conocido, es elsujeto. l es) por lo tanto, el soporte del mundo, la condicingeneral ysiempre supuesta cle todolg que se manifiesta, detodo..objeto: pues lo que existe slo existe para el sujeto. Cadaunorse dscubre a s mismo como ese sujeto, pero solo en la medida enque conoce y noen cuanto es objetocleconocimiento.Masolit-!g_lq_.r.:ft_**9y1-99 que por esgdqlgminamos*desdE-9s!-q’sujalp l-pule-d-criiltspresr?-Por_esg_qg-!.gmlna clon. l’ues el cuerDo e s,—, obleto .- *–a__– eci1*Fues cuerpo es un obieto enrre I obletos v se encuentra –.-entre objetos -,-.-,—, –

Que I esta consideracin, sin perjuicio de su verdad, esunilateral y est provocada por una abstraccin arbitraria, se loanuncia ya’a cada cual la aversin interna con la que asume que elmundo es su mera representacin; si bien, por otra parte, no puedesustraerse de ese supuesto. El carcter unilateral de esaconsideracin se completar en el libro siguiente con una verdad queno es tan inmediata. mende cierta como aquella de la que partimosaqu y a la que’solo puede conducir una investigac,in ms profunda,una abstraccin ms complicada, una separacin de lo diferente y’uninUe ,lo idntico; una verdad sumamente seria y que habr de resultarpara. cada uno, 5i no terrible , s gra’ve, a saber: qu exctameriteigtrf I

| *% so-{retioats*l-eygqd,eJo_s,@ip*ts

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,tg]. Como todos los objetos de la intuicin, est inserto en lasformas de todo conocer, en eLtiempo y el espacio, mediante loscuales se da la pluralidad. Pero el sujeto, el cognocente yngncaconocido, no se halla dentro de esas formas’sino que ms bienest ya supuesto po ellas: as que no le conviene ni la pluralidad nisu opuesto, la un.idad. No lo conocemos nunca, sino que l esprqcisamente el que conoce all donde se conoce. As pues, el mundocomo representacin, en cualquier respecto en que lo c.onsideremos,posee dos mitades esenciales, necesarias e inseparables. Una es elabjeto: su forma es el espacio y el tiempo, y

pod’emos y tenemos que decir: uEl mundo es mi voluntad». Perohasta entonces, o sea, en este Primer libro, e5 s6g5.t que nosquedemos fijos en el examen de aquel aspecto del niundo del quepartimos, el de su cognoscili.ficlad, y no tener rep’aro enconsiderar como mera representacin y calificar de tal cualluierobjeto existente, incluso el propio cuerpo (como prontn.explicaremos ms detenidamente). Aquello de lo que ie haceabstraccin aqu es, tal y como espero que despus resulte cierto atodos, nicamente laualuntad,lo nico qe constituye el otro aspectodel mundo: pues, as como por un lado este es en’tod arepresentacin, por el otro es de par’te a parte uoluntad. Mas unarealidad que no fura ninguna de las dos cosas sino un objeto en s(1n el que.I

mediante ellos la pluraiidad. Pero la otra mitad, el sujeto, nose halla en el espacio y el tiempo, pues est entero e indiviso encad uno de los seres representantes; de ah que uno’.solo de elloscoriplete con el objeto el mundo como representacin, tan plenamentecomo lodos los millones que existen: pero si aquel ser nicocle,sapareciera,,.dejaia de existir el munclo como iepresentacin.Esas mitades son, por lo tanto, inseparables incluso para elpensamiento: pues cada una de ellas tiene significado y existenciaexclusivamente por y para’la otra, existe con ella y desaparece conella. Se limitanjnmediatame_nte: donde comienza el objeto, cesa elsujeto. El carcter com»de esos lmites se muestra precisamente enque las formas esenciales y’universales de todo objeto: tiempo,Sp3.tgJg54_44t194en ser descubrertas y plenaqynte_co19cii q-19l3″e1g.qj9]|o_j_gl qerg,_q! ApartG;dldTTu ls_ule-‘to_y_srl»!9n9!gl!19

El dogma fundamental de la escuela vedanta no consista en negar[a existencia de la materia, es decir, de la solidez, laimpenetrabilidad y la extensin (ngacin que serfa una deinencia),sino en corregir la nocin usual de-la misma y afirmar que no tieneuna esencia independiente de la percepcin mental; que l existenciay la percepribilidad son conceptos intercambiables.

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Sobre el principio de razn,2.o ed., $ 22.

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magnitud. Yo afirmo adems que el principia de taz6n es laexpresin comln de todas aqueilas fortnas dei objeto que nos sonconocidas a priori, y que todo lo que conocemos puramente a priorino es sino justanrente el contenido de aquel principio y lo que del se sigue, asf que en l se expresa todo nuestro conocimientoapriori’. En nri tratado Sobre el principio /e razn he mostradodetenida’ mente cmo cualqier lobieto posible est sometido a 1, esdecir, se encuentra en una relacin. necesaria con otros objetos,por un lado como cleterminado y por otro como determinante: esollega hasta el punto de que la completa existencia cle todos losobjetos, en la medida en que son objetos, representaciones y nadams, se recluce totalmente a aqueila relacin necesaria entre ellos,no consistc ms que en ella, o sea, es totalmente relativa:enseguida hablar ns de esto. Adems, he mostrado que, conforme a lasclases en las que se dividen los objetos segn su posibilidad,aquella relacin necesaria expresada en genral por el principio derazn aparece en cliferentes formas; cn lo cual se confirma asu’vez’la correcta clasificacin de aquellas clases. Todo lo dichoall 1o doy aquf’por corocido y presente al lector: pues, si no Sehubiera dicho ya, tcndra aqu su necesario lugar.

ro que de ra pertenece por igual a todos sus fenmenos, es decir,el tiempo y el espacio, no solo pueden ser pensaclos in abstractopor s mismos y al

experie».,;::.»; ;;’.J»,

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margen de su contenido, sino tambin inmediatamente intuidos; queesa intuicin no es acaso I un fantasma tomado de la experienciamediante repeticin, sino que es tan independiente de la expe.riencia que, m,s_ bien a la inversa, esta ha de pelsarse como

s3’loclns nuestras representagi-ones se diferencianprincipalmente por scr intrritivas o abstractas. Las ltinras estnconstituidas por wna solt clase cle representacitnes, losconceptos: estos son patrimonio cxclusivc del hombre, que sedistingue de todos los animales por csa capacidad para ellos quedesde siempre se ha denominado razn3, Ms aclelante exarninaremosesas representaciones abstractas en sl misrnas, pero en primerlugar hablaremos exclusivamente ‘ t\e la. representacin inluiti-ua.Esta abarc)-todo el.qnundo visible, o cl conjunto de laexperienqia,\iro con sirs condigioies dgr’osibiliclad. Como se hadicho, constituyd triiprtante descubrimiento cle Kant la tesis cleque precisamente esas condiciones, esas formas

sentaciones..en la medida en oue son intuidas en forma pura yvai’id; .o; r u»p *, il ; dr t e t-atte r d tl a-l f o im al;. «ls-ddlTituicin descubierto por Kant, que estas son cognoscibles dernanera intuitiva y segn su completa legalidad por s mismas y almargen de Ia experiencia, hep-h-q sste en el que se basa larnatemtica y su infalibilida.d; pero no es una propiedad menosnotable de aquellas formas el hecho de que el principio de razf,que determina la experiencia como ley de causalidad y motivacin, yel pensamiento como ley de fundamentacin de los juicios,aparezcaaqu en una forma toralmente peculiar a Ia que he dado elnonrbre de razn-‘ de ser y que constituye en el tiempo la sucesinde sus momilrios y en el espacio la p osici n de sus-patesqurse-deternoin an–r,ecprocamente hasta el infinito. Quien apartir de mi tratado introductorio haya llegado a tener clara lacompleta iclentidad del contenido del principio de razn en ladiversidad de sus formas, estar tambin convencido cle lo importnteque es para la cornprensin de su esencia lntima el conocimiento dela ms simple de sus formas, que henros visto ser el tiempo. As comoen l cacla instante solo existe en la medida en que ha exterminadoel anterior, su padre, para ser a su vez exterminado con la mismarapidez; as como el pasado y el futuro (al margen de lasconsecuencias de su contenido) son tan vanos como cualquier sueo,mientras que el presente no es ms que el lmite inextenso einestable entre ambos, de igual modo reconoceremos la misma

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3. Kant ha sido ei nico en confundi ese concepto de la razn; enelacin con ello remito al Apndice, como tambin a mls Prcblemasfundamentales de la tica, Sobre el fundanento de la moral, g 6, pp.148 – 154 de la primera [pp. 146-151 de la segundal edicin [trad.cast., pp. 173-178).54

nihilidad en todas las dems formas del principio de razn; yveremos qe, como el tiempo, tambin el espacio y todo lo que» existeen l alavez que en el tiempo, o sea, todo lo que resulta de causaso motivos, no tiene ms que una existencia relativa, I solo existepor y para otro que es semejante a 1, es decir,,de la mismaconsistencia. En esencia esta visin es antigua: Herclito selamen55

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MUNDO COMO REPRESENTACI taba en ella del eterno

soHETIDA AL PRtNctPo DE RAzN

fluir de las cosas; Platn degrad su objeto como lo que siempredeviene y nunca existe; Spinoza lo design como los meros accidentesde la nica sustancia que existe y

permanece; Kant opuso Io as conocido, en cuanto mero fenmeno, ala cosa en s; por ltimo, la antigua sabidura hind dice: nEs laMaya, elvelo del engao que envuelve los ojos de los mortales y leshace ver un mundo del que no se puede decir que sea ni que no sea:pues se asemeja al $ueo, al resplandor clel sol sobre la arena {ueel laminante toma d iejos por un mar’ o tambin a la cuerda tiradaque ve como una serpiente’. (Esas comparaciones se repiten eninnumerables pasajes de los Vedas y Puranas’)’Lo que todos ellosquieren decir y aquello de lo que hablan no es sino precisamente loque aqu consideramos: el mundo como representacin, sometidoa1

p.iniipio de

razn.

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Quien haya conocido la forma del principio de ruzn que semanifiesta en el tiempo puro como tal y en la que se basa todanurnera: cin y clculo, habr Cnocido coh ello toda la esencia deltiempo. Este no es ms que justamente aquella forma del principio derazn y no tiene ninluna otra propiedad; le-tqSglig-elbf9;ma-delprin: cipio de razn en el tiempo; la sucesin constituyetoda la esencia *de-r az r a =Q i n d m f hyl co n o ildetlnrclpiagotado con ti yi-rige en el espacio intuido en forinapura, ha ello toda la esencia del espacio; pues este no es en sutotalidad ms que la posibilidad de las delglrninaciones-re.eprocascle sus partes a l queie denominasltacin. Su examen en detalle y laformulacin de los consiguientes resultados en conceptos abstractospara una aplicacin ms cmoda constituyen el cgntenido de tsda lagemetra. Del mismo modo, quien haya conocido aqueila forma deiprincipio de razn que domina el contenido de aquellas formas (el Itiempo y el espacio); su perceptibilidad, es decir’ la materia; osea, quien haya conocido la ley de la causalidad, ese habr conocidotoda la esencia de l rirateria en cuanto tal: pues esta no es en sutotalidad sino causalidad, como cualquiera comprende inmediatamenteen cuanto reflexiona. En efcto, su ser es su obrar: ningn otro srde la misma se puede ni si{uiera pensar. Soiamente en cuanto actallena el espacio y’llena el tierrtpo: su accin sobre el objetoinmediato (que es l mismo materia) condiciona la intuicin, en laque solo ella existe: la consecuencia de la accin de uir objetomaterial sobre

otro no se conoce ms que en la medida en que ei ltimo acta ahorade manera distinta que antes sobre ei objeto inmediato, y consistenicamente en eso. Causa y efecto son, pues, la esencia de lamateria: su ser es su obrar. (Los detalles al respecto seencuentran en el tratado Sobre el principio de razn, $ 2L, p. 77.)De ah que en alemn se designe con smo acierto con la palabra’\Xlirklichkeita ei contenido conceptual de todo lo materialr,siendo esa paiabra mucho ms significativa que Realitrit. Aquell,osobre lo que acta es a su vez materia: toda su existencia y esenciaconsiste, pues, en ia alteracin regular qlJeuna de sus partesproduce en otra, as que es totalmgnte reiativa y conforme a unarelacin vlida solo dentro de sus lmites, o sea, exactamente igualque el tiempo y el espacio. Tiempo y espacio, cada uno por si sonrepresentables intuitivamente incluso sin la materia, per! lamateria no lo es sin ellos. Ya la forma, que es inseparable deella, presupo ne el espacio, y su actuar, en el que consiste todasu existencia, se refiere siempre a un cambio, o sea, auta-determillacin del tiempo. Pero el tiempo y el espacio no estnsupuestos por la materia cada uno por s solo, sino que la unin deambos forma la esencia de esta, precisanlente porque, como semostr, consiste en actuar, en la causalidad, En efecto, todos losinnumerables fenmenos y estados pensables podran coexistir en elespacio infinito sin oprimirse o sucederse en el tiempo infinitosin molestarse; entonces no sera en absoiuto precisa, ni siquieraaplicable, una relacin necesaria entre ellos ni una regla I que losdeterminara conforme a ella; por consiguiente, en toda coexistenciaen el espacio y cambio en el tiempo, en la medida en que cada unade ambas formas tuviera su existencia y curso por s misma y sinconexin con la otra, no habra causalidacl alguna; y, puesto queesta instituye la verdadera esencia de la materia, y tampocoexistira l materia. – Mas el significado necesidad de la ley de lacausalidad se deben exclusivamente a que la esetrcia del cambio noconsiste en la alteracin de los estados en s misma, sino ms bien enque en el rnismo lugar del espacio se da a.hor a u estado

4. Aunque se traduce habitualmente como .realidad,,, la palabraWirklichkeit tiene su raz n comn co wirken (,,actuar»), Wirkung(.efe*o’), y Wirksamket (.,eficacia»), entre otras. Su sentidoliteral sera, pues, el de uefecdvidad’ o nactualidad». C{. tambinel volumen de lcis Complementcs, p. 52 [trad. cast., Trona, Madrid,2003, p. 751. [N. de laT.l 5, Mira in quibusdatn rebus uerborumproprietas est, et consuetudo sermonis entiqui quaedamefficacissmis notis signat [nEs»admi.rable la propiedad de laspalabras en algunas cosas, y el uso lln-gstico de los antiguosdesigna algunas cosas de forma sumamente eficazn], Sneca, Epist.81. \\57

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MUNDO COMO REPRESENTACIN

y luego otro, y que en un mismo tiempo determinado se produceLqi»un.rt»» y all otrot solo esa limitacin recproca del tiempo y’.i.tpu.io da significado, y almismotiempo necesidad, a una reglasegn’la cual ha?e producirse el cambio’ L-o que se delermina coni;i;tJ. la causalidld «o tt, putt, la sutisin de los estadosen elmer tiempo, sino esa sucesin en referencia a un determinado es;;;;;;i t»*poco l» «*iri.n.i» de los. estados en un determinado iugrr,,ino en ese lrg»t dentroide un determinado tiempo’ As qu.e

iu .u.n.iu en la unin-del tiempo y el espacio, la materia llevael ,.tto . ambos. Su origen ttpn.i»l se documenta en parte por laio.*r, de la que «s irriep»r»tle’ pero en especial (y dado- que laaltera.in sol pertenece al tiempry que en este por s solo nada

permanencia

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.i?*bio, es decir, iI alteracin producida conforme ala.leycausal’ se refiere siempre a una determinada parte del espacio y au1fa cleterminada parte del tiempo a la vez ycn-uni6*-En-consecuencia’ la car,rsalidadune el espacio coneltiempo’ Pero hemos descubierto qut todn la esencia de la mat.tiaconsiste en actuar’ o sea, en lacausalidad: por consiguiente,tambin en ella el espacio y el tiempo han de estar unidos, esdecir, que ha de soportar en sf misma al

mismo tiempo las piopiedades^del tiempo y las del espacio, formuy antagnicos que sean ambos; y ha de unificar en s misma ‘lo qu.,n .id» uno de ellos por separado es imposible, o sea, el inestableflujo del tiempo con la rigida e invariable.persistencia delespacio, .r.ibi.ndo de ambos la divisibilidad infinita. Corformea

hay permanent) Por su perinanencia (sustancia), cuya certeza a.oriori sederiva en su totaliiad de la del espacios: su origentemporal o ,.u.1″ en la cualidad (accidente), sin la cual nunca semanifiesta’ y que en sentido estricto es siempre causalidad, accin.el gtl» hi.tii» sea, cambio (n concept temporal), Mas la legalidadde y se refiere ,i.*pt. ai espacio y el tiempo a la v.ez’ rri «.ei»as tiene significado’ La nica determinacin que abarca solamente laley de causalidad es la de qu estado ha de. producirs-e en esfeiornto y en este lugar. En eia deduccin de las determinacionesfundamenialede la iateri a partir de nuestras formas cognosciti’iii o pt;or; se basa el hecho d que le atribuyamos a priori ciertaspropi.dad»r, a saber: el ocupar utt espacio, es decir, laimpenetrabi-

it;;’Jl ;

el moviy f»r*»nr.t.io, ,i d.rr, ia indest*ctibilidacl, definalmente hay q.ue ;;’, ;; cambio, .ip.ro, p,ese a carecerexcepcin’

la actiyidad, luego^la exren;iri,.la.divi.sibilidac{ infinita,la

13

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esto vemos que graclas a ella surge la simultaneidad, que nop.odra ei rnJro tiemPo, que rro .onott la yuxtaposicin; ni-en’eldarse ni «r’, mero espacio, qur rro,ronoc ningn antes, despus oahora’ Mas es \a simuitaneii «muchos estados lo que propiamenteconstituye la esencia de la realidad: pues con ella se’hace posibleen primer lugar la duracin, que sol se puede conocer en- laalteracin de. I aq»uello que exist en simultanidad con lo que dura;pero adems, ,io tr*, de lo que dura en la alteracin recibe esta elcarcter de » carubio, es decir, de modificacin de la cualidad y laforma.bajo la

ronturlo clentro d. cotto.i-iosenkranz,

l»».ii*n»tos

Kant, enlos ndtural, p’ 71 (ecl’ de Rornetafsicos de la cienciaapa1leriod,.si bien establece como cognosctble a

permanencia de la sustancra, es decir, de.la.rnaterial, Enel,mgro espacio el munclo sera fijo e inmvil: no habra ninga scsin;ningn caglbio, ni-nguna accin:-ris junto con la accin se suprime l»,ipr.r..,i»cin l materii En el mero tiempon a su vez, todo serapasajero: no habra ninguna permanelcia, ninguna yuxtaposicin» y porlo tanto ninguna simultaneidad ni duracin:.as que ,»-po. habraninguna Lateria’ Solo mediante la unin del tiem- po y espacio ,ur!ela maleria, es decir, la posibilidad de la si-‘ «l muatr.lclad y.on 11» de la duracin, y con esta a su vez la de la

de sujeto como ,representacin suya’ tampoco cada clase especialcieterminacin ..pr»nr».iones existe ms que para una especial ali,u»,o denominada facultd dL conocer. El correlato subjetivo lo «1tirnpo y’el espacio por s mismos, cgmo formas puras’ pura, expresinesta que podemos .»orninO Iiant sensibiliad .onotu»., dado que Kantabri en estoel camino; si bien no es del materia’ toclo adecuad»,pu.rto que la sensibilidad presuponeyala

Pero’as como el objeto en general no existe ms que par-a 9l

p.372),lo

priori’

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n .ot..f»to’1..

uoi.tiuo de la rnateria o la causalidad, puesambas sonque

lo rnismo, lo constituye f{ntend.imte9–Qve h-ops-nadams

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fuerza; y eso. Concer la causalidad-es su nic.a-funcin, su. nicaque abar-a una multtpltcldad y tlene una fuerza de gran magniTud,todas sus numerosas apli-cacionei p.ro ur,^ inequvoca identidad en,tt’

T.Estomuestratambin|arazndelaexplicacinkantianadelamateiianicamente en la unin como (lo mvil en .rpu.io,» i*’ ttoui-itntoionsiste»t del espaco y el tiemPo.en el Apndice.

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ri. v o del conocimiento del tiempo,

como pretende Kant’ segrn se explica

6,

En el Apndice se explica que maleria y sustancia son una mismacosa’

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59

HUNDO COHO REPRESENTACIN

exteriorizaciones. A la inv,ersa, toda causalidad, o sea, todamafeqia

mente

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y por tanto toda realidad, existe nicamente

para, por

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casi tanta aversin a plagiarme a m mismo como a los derns, yno

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entendigiegqo. La primera, ms simple y siempre presentemanifestacin del entendimiento es la inruiciri del mundo real: estaco{sisfe en el conocimienfo de Ia causa a parlir del efecto, y poreso toda intuicin es intelectual. Pero nadie podra llegar a ella sino conbtiera inmediatamente algn efecto del que servirse como puntode partida. Tal punto, de partida lo constituye la accin sobre loscuerpos animales. En esa medida, estos son los obietos inmediatosdel sujeto: la intuicin de todos los dems objetos est mediada porellos. L,p.*s cambios que experimenta cadacuerpo animal sonconocidos inmediatamente, esto es, sentidos; y al referirseinmediatamente ese efecto a su causa, nace Ia intuicin de esta comoobjeto. Esa referencia no es un razonamiento realizado conconceptos,abstractos, no se realiza mediante la reflexin nivoiuntariamente sino de forma. inmediata, necesaria y segura. Es laforma cognoscitiva del entendimiento puro, sin la cual nunCa tendralugar la intuicin, sino qne quedara simplemente una conciencia vag,semejante a’la d.e 74 las plantas, de los cambios del I objetoinmediato, que se seguiran unos a otros sin significado ninguiro,siempre y cuando no tuvieran significado para la voluntad por noser dolorosos o placenteros. .. Pero, as como con la irrupcin delsol se preseta el mundo visible, igualment-e el entendimiento, .onsu simple y nica funcin, transforma de un golpe la oscura einsignificante sensacin en intuicin. ^- Lo que el ojo, el odo, Iamano sienten no es intuicin, son meros datos. Solo cuando elentendirnenro pasa del efecto a la causa aparece el mundo comoinruicin extendida en el espacio, cambiante en Ia formay.permanente en la materia a lo largo del tiempo,, Pues l uneespacio y tiempo en la representacnmateria, es deiir, actividad.Este mundo como representacin existe s,:lamente por y para elentendimiento. En el primer caprulo de mi tratado Sobre la uisin ylos colores he explicado I3 que el entendimiento crea Ia intuicin apartk de los datos que ofrecen los sentidos, que el nio aprende aintuir comparando las irnpresiones qur: los distintos sentidosreciben de un gismo objeto, y que solo esto proporciona la claveacerca de tantos fenmenos sensoriales: ia visniimple con dos ojos,la risin doble en el estrabismo, o la diferente distancia de dosobjetos que estn uno tras otro y se ven a Ia vez, cemo tambin lailusin que se produce por un repentino cambio en los rganossensoriales.lPero este importante tima lo he trarado muchJ msdetallada y fundadar4enre en la segunda edicin del tratado Sobre elprincipo de razn, $’21. Todo lo dicho all tenclra aqunecesaria-

estoy en disposicin de exponerlo aqu mejor que all, remito aahen lugr de repetirlo, si bien lo doy por sabido. El aprendizajede la visin en los nios y los ciegos de nacimiento operados, lavisin simple de lo que se percibe doble, con los dos

ojos, la visin y el tacto dobles cuando los rganos sensorialesse desplazan de su posicin habitual, la apariencia derecha de losobjetos mientras su imagen est invertida en el ojo, I latransposicin a los objetos externos del color, que es una simplefuncin interna, una’divisin polarizada de la actividad del ojo, y,finalmente el estereogeopio: todo eso son pruebas siidas eirrefutables de que la intwicin. no es meramenfe sensual sinointelectual, es decir, conocimiento puro de la causa a partir delefecto por parte del entendimiento; por consiguiente, supone la leycle la causalidad, de cuyo conocimiento depende toda intuicin, ycon ella toda experincia, en su primera y completa posibilidii{; yno es, a la iriversa, el conocimiento de la ley de la causalidaclel que depende de la experiencia, tal y como sostena elescepticisrno humeano, que queda as refutado por primera vez. Puesla independencia del conocimiento de la causalidacl respecto detoda experidncia, es decir, su aprioridad, solo puede demostrarse apartir dd-1a dependencia de toda experiencia respecto de l: y estoa su vez solo puede lograrse demostrando de la forma expuesta aqu yexplicada en los pasajes citados, que el conocimiento de lacausalidad est ya conte-

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nido en la intuicin en geneial, ‘en cuyo mbito se halla todaexperiencia; o sea, que es totalmente a.priori en relacin con Iaexperiencia y est supuesto por ella como condicin sin suponerla porsu parte: pero eso no se puede demostrar de la forma en que Kant lointent y que yo he criticado en el tratado Sobre el principio derazn, $ 23. s5Hemos de guardarnos del gran equvoco de pensar que,puesto que la intuicin est mediada por el conocimiento cle lacausalidad, entre objeto y sujeto existe una relacin de causa yefecto; porque esta solo se da entre el objeto inmediato y elmediato, o sea, nicarnente entre objetos. Precisamente en aquelfalso supuesto se basa la necia polmica sobre la realidad del mundoexterno.en la que se enfrentan dogmatismo y escepticismo,apareciendo a{uel unas veces como61

60

MUNDO COMO REPRESENTACIN

. SOMETIDA AL PRINCIPIO DE RAZN i raz6n, elconocimiento del modode accin de un objeto intuido lo agota en la rnedida en que esobieto, o sea, representacin, ya que fuera de eso no queda en l’adapara el conocimiento’ En esa medida, el mundo intuido en el espacioy el tiempo, que se manifiesta como pura causalidad, es totalmentereal y es aquello para lo que se da; y ie da plenamente y sinreservas como representacin que se la ley de la causalidad. Esta essu realidad emprica’ «nir^segn parte, toda causalidad existe soloen y para el entenMas, por otra dimiento, as que todo aquel mundoreal, es decir, activo, en cuanto tal est siempri condicionado porel entendimiento y no es nada sin 1. Pero no tolo por eso, sino yaporque engeneral no se puede pensar sin contradiicin un objeto sinsujeto,’hemos de negar la realidad del mundo externo en el sentidoen que la interpreta el dogmtico: como su independencia respectodel sujeto’ Todo el mundo de los objetos es y sigue siendorepresentacin, y justamente por eso -est cndicion»dJpo,,.1 sujetoabsolut» y .*it'»‘nente: ei decir, I noporello es engao ni ilusin:I ti.r. [email protected] se da como lo que es, como representacin y, porciirto, to*o un» Iserie de representaciones cuyo nexo comn es elprincipio de-raz.6n. Ese mund es en cuanro tal comprensible para elsano entendimien.o incluso en su ms ntima significacin y habla unlenguaje total-

16

realismo y otras como idealismo’ El realisnio pon-e 9l objetocomo conviercausa y.olo.u ro efecto en el sujeto. El idealismo deFichte i» .f oUtto en efecto del sujeto’ Pero dado que *cosa en laque insistir bastante- entre sujeto y objeto no puede haber «wtt i*ningorr» relacin segn e I principio de taz6n, tampoco p-oda nuncadeortr»rse ni unaii la otra de las dos afirmaciones, y elescepticisque la mo lanzsobre ambas ataques victoriosos’—: Enefecto, igual p’cede a la intuicin y la experiencia en cuando i.yd. c,rt»tida fu eme h men)’ que -(P tinni.o de or sino quesignifica percatarse de los pensano «, rr»rrumitidos eon laspalabras’ Solo conla ayuda del lengua*irnror la actuacin ie producela raZn-sus ms importantes’resultados: planificada de muchosil;il;;;;ios individuos, la claboracin .i»if izaci6n, el Estado;adems,- la ciencia» 1a conservacin «til.il» comn en un concepto»de la experiencia anterior, el,le-s.uPe.1 de.lo de la verdad, ladifusin del error, el pensamiento_y l» tonririrlon El animal noconoc la J^ po.ri^, los dogmas y las supersticiones’ consciente deque a cada muerte hasta que muere: el hombre es grave ttott taaceca a la muerte, y eso en ocasiones hace la vida ya en la vidamisma ese catcter i;;l; a aquel que no ha conocido por eso por loque.el de clestruccin perpetua. Es principalm.entb filosofia y lareligin: si bien es incierto que aquello rir.. la alemnl oRazn u IYern unft) viene det rrUi»

manifesta’ de unidad y descentradas, destacan bien esta oaquella *enudo unas de otras’ A esto se aade .i; t t eso discrepanrevelacin’ que es ou. u.tot parten de la oposicin entre nz6ny t t»filosofa y solo sirve para incrementar la

;;;t»#

confusin. Es sumamente llamativo que hasta ahora ningn{ilsofo \aruzn tr»y» t.t.io todas aquellas mltiples-manifestaciones de entodas ellas’ desde torr.iOtt simple que se pudier» «tonottt «n»,oa»t t, puii..*n ,*p1i.»t y-qye, pol consiguiente’ constil]’ i»[u. y.t» u.ta»dera esencia interna de-la razn’ Cierto que el eximio11′ $$ en el Essay on human understanding, libro 2, capltulo

;.n»

i»;.k;; 1O y lt,seala n

;i;h»;iy»;l ;;;; ;t

,ri, to t»pi,.

la ;;;;;» razn apreci»os tobt» todo en su obrar’frutorectitud deuna i»f nt*i- y l» r,o1.r» del nimo, haya sido alguna vez a. i»,»r.’como productos seguros pertenecientes en exclusiva esa va seencuentran’ anrbas y .orno p.oio.ciones de la ruzn Por

llrntrrdi*rnt humain,libro 2, captulo 11, SS L0 y 11′ Pero.;;»;; Lorkr, en el ibro 4, iapiulo 17, SS 2 v 3, pasa ala.tpicacin delarazn,pierde totalmente

toda correccin como carctet distintivo entre hombre losconceptos universales abstractos’ y Leiben total acuerdo Jon 1, elos Nozeaux essais sur

de vista aquel de la misma, cayendo en una oscilante’carcterbsimente simple ln.iinl»e incompleta numeracin demanifestaciones desmemde dicha facultad: tambin I Leibniz’ enel

.n.o*bio,lasmsasombrosasyaventuradasopinionesdelos y a vecesfilsofos de difererrtes escuelas, as como los extraos

.iu.l.t —

alcnrri. I na,cen cle un principio qomn,

usos de los sacerdotes de distintas religiones’ diferentes y detan-largo Qu. todas esas manifestaciones tan

;ili;l;;i;;i*.l,oti»»o

«pi»iO» «ta»imerecono.ut *ny bien las manifestaciones de esahtmbres saben f».ultud y decir qu es racionl y qu inracional, cundoentra-la del razr, en contraiccin con otras capacidades ycualidades -h;;bt.

de. aquella particular fuerza aventaja al animal v a la que’seha qu».f ho*re razZn, 6 i,yoq, tb i’oyrotLru’ -rb lyrpoul7 ‘ratio’.es de todas las po-cas y pueblos’ Adems’ todos los

exacta: par»je de su obra torrespondiente a aqvel’ hace enconiunto En el Apndiirr».rt, igual, solo qu».on ms confusi-n yoscuridad’ y . ft» fr?tf^o deienidamente acerca de cdmo Kantconfundi Mas quien se tom la r; ;iconcepto de la esencia delatazn’filosficos molestia de recorrer en este sentido la masa de escritosreconocer que, as como las faltas ;;;;;»;»tecido desde Kant,pueblos enteros, los errores de los ie los prncipes son expiadaspor gr*t .rpiritu. extienden su influjo pernicioso ageneraciones

,..un».i»,

46

y, por ltimo, qu es lo qoe nitnca se puede esperar ni.de mslistos po’ t^tittt de la misma’ Tambin los los «ni,oles iilorofotde todos los tiempos se expresan en conjunto de acuerds

lornpt.r», e incluro a siglos, creciendo y prop.agndose hastade.gen*r»r.r, monstruosid*dt’ . io que hay que inferir que’ comoclice Berkeley, Few men think; yet att will haue opinionsls ‘

.onuqu.lconocimientogeneraldella’raz6n,ademsderesaltar

;;;^1- . sus manifestaciones cl. especial relevancia, tales comoel ,.orio sobre los afectos y las pasic’nes, la capacidad de.realizar

ini.irn.i*

y establecer principios universales, incluso aquellos que ,un.irrto, antes d» toa expiriencia, etc’ Sin embargo, todas susexplicaciones en torno a l verdadera esencia de la razn son *stnnitida-ente definidas, son dispersas’ carentes ;;;;;;;

El ente ndimiento no tiene ms qve un funcin: el conocimiendelmunto inmediato de la relacin de causa y efecto; y la intuicinsagacidad y dote inventiva’ por o r.»l, alavezque toda prudencia,no sol claramente ms que ma-rry uii^d» qoe t.» su aplicacin,aquella simple funcin; del mis-mo modo’ la razn .,if*».iontt e ella,oio ti.n. una unci1nt la frmacin del- eorrcelto i a patti.t detodos los fensola se explican con gran facilidad y pol s1 mismos laanimal’ y a menos anies citados que distinguen la vida humanade

18.17.Ms correcto’ i’oyrru’ lN’ de

todos quieren tener opiniones]’ [Pocos hombres piensan, pero

taT’l87

86

COMO REPRESENTACIN,

la aplicacin o no de aquella funcin seala propiamente todo loque siempre y en todas partes se ha llamado iacibnal oirracional.

I i .1 t1

aque’a,».,,.

seLos conceptos forman una clase peculiar, diferente toto generede las representaciones intuitivas hasta ahora consid.r»d*,y»e»irt.ni.

solo en el espritu humano. De ah que nunca podamo, togo, onconocimiento intuitivo y verdaderamente evidnte de su encia. 47sino uno simplemente I abstracto y discursivo. por eso ,*1″ irp»:r1ad9 exigir quese demostrasen en la experiencia, enrendiendo jo, .ella el mundo externo real que es justaraente representacininiuitiva, o que se presentaran ante la vista o la fantsacomo losobje_ tos intuitiyos. Los conceptos solo se pueden pensar, nointuir, y i_ camente los efectos que a travs de ellos producehombr. so’ «l objetos de verdadera experiencia. Tales son ellenguaje, .l obraire_ fl.exivo y planificado, y la ciencia; ydespus, to qu ,ott» d. io* ellos. Est claro que el habla, .r,.u»nioob.t a, t».»p»rl»r,.ii externa, no es ms que un.telgrafo sumamentepeffecto que trans_ mite signos arbitrarios con la mxim a npidezyia ms fina matizacin. iMas qu significan todos esos signos? bmo ,.produ.. ,o interpretacin? iAcaso mientras otro hablatraducimos.rrreguid» su discurso en imgenes de la fantasa que pasanante nosotros como un rayo y se rr,lueven, se encadenan, setransforman y se pintan con. forme a la afluencia de las palabras ysus flexiones t.l»rl;»iri i.Qu tum’lto se producira entoncei ennuestra .»bir al or un discurso o leer un iibro! pero eso no ocurrede ningn modo. El sen_ tido clel discurso se percibeinmecliatamente, se cJpta.o» o».ri*i y precisin sin que porlo.regular se entremezclen fantasmas, Es la taznla que hablaalarazn,se mantiene dentro d. ,u tr..rrro u lo intuitivas que formade una vez por todas y, ,.l»tiuu-.ni. «unqu. poco.numerosas,abarcan, contienen y,.pr.rentan todos los innu_que transmite yrecibe son conceptos abstractos, representaciones no

un animal nunca pueda hablar ni entenier, pese a tener en comrncon nosotros los instrumenros del lenguaje y las representacionesintuitivas:,pero precisamenre porque lr:, j»lbrm a*ig»-; crasepeculrar.de representaciones cuyo correlato «q».ii, subjeiivo ., j»,»_ zn, carecen de sentido y significacin para el animal. As ellengua_ je, como cualquier otro fenmeno que atribuimos a la razntc5; todo lo que disringue al hombre dil animal, ,. h» d.e*pli»;’O*8B

merables objetos del mundoreal..solo a prtir de esro

se.»plic»

q*

repeticin del mundo intuitivo original, aunque una:eprodu..n detipo totalmenre peculiar y un i,»t.rial .mpl»tJnt t.i.r* gneo. Porlo tanto, se puede»., denominar con toia propi.d^d los concepfosrepresentaciones de iepresentaciones. El principio ^ de ra_ zqtiene aqu tambin u.na form propia; y as com for*» bajo la que rigeen una ciase_de,.p..r.nt»lones constiiuy «gu.ll» agata ey laesencia de dicha clase, en la meiida en que son representacionesmodo que, como -de el espacio posicinhemos visto, el tie’mpo essucesin y nada ms, y nada ms, la materia causalidad ;^d^ ms-,tambin Ia esencia total de los conceptos o cle la ,t»rj; , U,representaciones abstractas consiste-nicaminte en la relacin queexpresa en ellas el principio de nzn: y, dado que esa relacin es lareferencia ala razn de ionocimierrto, iod» la esencia de la repre_sentacin abstracta est nica y excrusivamente en su refe.»na a otrarepresentacin que es su razn de conocimiento. Esta puede ser a. suvez un concepto o representacin abstracta, e incluso esta puedetener a su vez uni_ ,az6n cle conocimiento mer4mente abs_ tracta;pero no hasta el infinito, sino que ar final ra serie de rasrazones cognoscitivas ha de concluir en un concepto que tenga surazn en el conocimienro intuitivo. pues todo el d. h;flex; ,; -ondobasa en el I intuitivo como su rczn d,econocer. De ah que la clasede las representaciones abst{a*as se distinga de las denis p;;q»;en estas el principio de razn nunca exige Ls que una relacin a otrarepresentacin de lamisma clase, pero en las representacionesabstractas requiere en ltimo trmino una relacin tacin de otraclase. «‘u*r;;;;r;;:

esencia y existencia. La reflexines necesariamentereprtduccin,

constituye el objeto principal del tercer libro delprer.nt.’.rrrito. Si bien los conceptos son radicalmento distintosd. lu, ,»pr.r.n_ . taciones intuitivas, se hallan en una necesariarelacin .», ril»r, ,i» las cuales no seran nada, p_or lo que esarelacin constituye tod» ro

fes intuitivos de los conceplos, a los que, no obstante, ,ru.r.ase ad._ cuan, Estos han sido explicados de manera especiai en eltrat»do Sobre el principio de razn, $ 2g, por lo que no quierorepetir aqu lo mismo: con lo all dicho se por, .o*i»rar lo que enel duodcimo de susphilosphical essys, p. Z44,y «fi;;;; Herder en laMetacrtica (un libro malo por lo dems), prte i, pi ZZ+. f» lJroplatnica, que se hace posibie meclianre la unin ai f»r^ri^ yl^)Zl,

abstractas, no intuitivas, generales, no individualir»d;r r; yel espacio. I Solamente en algunos casos particul»r», p»rr*o, losconceptos a la intuicin, formamos fant»s.nas como representan-

o;; ; ;-r.

;»,:ffi,

;:,;,.,»,raciones ;i;i;;;; i.

48

49

SOMETIDA

AL PRINCIPIO DE

RAZN

}4UNDO COHO REPRESENTACIN

Aquellos conceptos quer como se ha sealado’ no se refieren alconocimiento intuiiivo inmediatamente sino por mediacin de unoovarios conceptos, han sido denominados preferenteme nteabstrac-

fd, mientras que los que tienen su razn inmediatamente en elmundo intuitivo se han llamado concreta, Pero esta ltimadenominacin no concuerda ms que de manera impropia con losconceptos designados por ella, ya que tambin estos siguen siendoabstracta-y de ningn modo representaciones intuitivas’ Talesdenominaciones han naiido de un vaga conciencia de la diferenciaque con ellas se significa, aunque se pueden mantener con lainterpretacin aqu ofrecida, Ejemplos de la primera clase, o sea,abstracta,en el sentido estricto, ion conceptos tales comoi,relacinn, ovirtudo, oinvestigacino, oprincipio,, etc. Ejemplos dela segunda clase o de los denominados impropiamente concretl, sonlos oncePtos «hombre», upiedrar, ucaballoo, etc. Si no fuera unejemplo demasiado plstico y asl rayano en la broma, podramos decirque los lfimos son la planta baja y los piimeros la planta superiordel edificio de la reflexinle. El hech de que un concepto comprendauna multiplicidad en s, es decir, que muchas representacionesintuilivas o abstractas se hallen con [en la rlacin de la razncognoscitiva, es decir, sean pensadas mediante 1, no constitliye,como se ha sealado la mayorfa de las veces, una caractersticaesencial del mismo sino un propieclad meramente secundaria yderivada que ni siquiera tiene qoJ d»tr» de hecho sino solo en suposibilidad. Esa propiedad eriva de que el concepto esrepresentacin de una represntacin, es decir, que toda su esenciareside exclusivamente en su referencia a otra representacin; ypuesro que esa representacin no es el concepto mismo sino queincluso pertenece la mayora de las veces a otra clase derepresentaciones, I pues es intuitiva, puede poseer determinacionestemporales, espaciales y de otro tipo, as como en general muchasrelaciones que no se piensan en el concepto, y de ah que variasrepresentaciones diferentes en lo accesorio puedan ser pinsadas conel mismo concepto’ es decir, subsumidas bajo 1. Mai ese valer deuna pluralidad de cosas no es una propiedad esencial sino meramenteaccidental del concepto. Por eso puede haber conceptos con los queno se piensa ms que rn nico objetoreal y que no obstante $onrepresentaciones abstractas y generales, y en modo algunoin’dividuales e intuitivas: tal es,,pr:r ejemplo, el concepto quealguien tiene de una detenninada ciudad que solo

conoce por la geografa: aunque con l no se piensa ms que unaciudad, iera posible que con l concordasen varias ciudades en partediferentes. As pues, no porque un concepto est abstrado de variosobjetos posee universalidad; sino, a la inversa, porque launiversalidad, es decir, la indeterminacin individual, le esesencial en cuanto representacin abstracta delaraz6n, es por lo quecon el mismo concepto pueden pensarse diversas cosas.

De lo dicho resulta que todo concepto, justamente porque

es

una representacin abstracta y no intuitiva, y por ello nocompletamente determinada, tiene lo que se denomina una extensin oesfera incluso en el caso de que solo exista un objeto real quecorresponda a 1. Mas siempre encontramos que Ia esfera de cadaconcepto tiene algo en comtn con las de otros, es decir, que en lse piensa en parte lo mismo que en aquellos otros y en estos a suvez se piensa en parte lo mismo que en el primero; si bien cuandose trata de concepios realmente dLrintos, iada uno de ellos, o almenos uno de los dos, contiene algo que no tiene el otro: en esarelacin se halla todo sujeto con su predicado. Conocer esa relacinse llama iurgar. La representacin de aquellas esferas rnediantefiguras espaciales es una feiiz idea. El primero en tenerla fueGonfried Ploufiuet, que em-

ple cuadrados; Lambert, aunque con posterioridad a 1, se sirvide simples lneas que colocaba unas debajo de otras. Euler fue elprimero en per{eccionarla con crculos’ No s indicar en qu se basasa analoga tan exacta entre las relaciones de los conceptos y lasde las I figuras espaciales. Pero es una circunstancia favorablepara la lgica que todas las relaciones de los conceptos puedanexponerse intuitivamente incluso segn su posibilidad, es decir, apriori, pot medio de tales figuras del siguiente modo: 1) Lasesferas de dos conceptos son exactamente iguales: por ejemplo, elconcepto de necesidad y el de consecuencia de una razn dada;igualmente, el de Rumiantia y Bisulca (rumiantes y animales depezuas particlas); tambin el de vertebrado y de sangre roja (contrael cual habra, no obstante, algo que objetar debido a los anlidos):son conceptos intercambiables. Los representa un solo crculo quesignifica tanto el uno como el otro. 2) La esfera de un conceptoincluye totalmente la clel otro:

51

19.

Vanse en relacin con esto los captulos 5 y

6

delsegundo volumen.

90

91

MUNDO COHO REPRESENTACIN

soMETIDA AL PRlNctPto DE RAzN

3) Una esfera incluye dos o varias que se incluyen y al mismotiempo llenan la esfera:

4) Dos esferas incluyen cada una de ellas una parte de laotra:

52

| 5) Dos esferas se encuentran en una tercera que, sinembargo,

no llenan:

i:

Este ltimo caso vale de todos los conceptos cuyas esferas no

tienen inmediatamente nada en comn, ya que siempre hayuhtercero, aunque a menudo muy amplio, que incluye ambos. A estoscasos pueden reducirse todas las combinaciones de conceptos, y deahle puede deducir toda la doctrina de los juicios, su conversin,contraposicin, reciprocidad y disyuncin (esta segn la tercerafigura): y tambin las propiedades de los juicios, en las que Kantfundament las presuntas categoras del entendimiento, con excepcinde la fonna hipottica, que no es ya una combinacin de merosconceptos sino de juicios; y luego con la excepcin de la modalidad,de la que el apndice da detallada cuenta, como de^

ningn artista ha llegado a serlo.estudiando esttica y ningncarcter noble estudiando tica; que mucho antes de Rameu se componacon correccin y belleza y que, igual que no hace falta tener enmente el bajo general para notar las embaucar con razonamientosengaosos. No obstante, hay que admitir que el bajo general es degran utilidad, si no para el enjuiciamiento, s para el ejercicio dela composicin musical: e incluso, en grado mucho menor, la estticay la tica pueden tener alguna utilidad prctica, si bienprincipalmente negativa, as que no se les puede negar todo valorprctico: pero de la lgica no se puede hacer tanto elogio. Ella es,en efecto, un mero saber in abstracta de aquello que cada cual sabeya in concreto. Por eso no se la necesita ms para no asentir a unrazonamiento falso de lo que se recurre a sus regias parahacer unocorrecto, e incluso el lgico ms instruido la deja totalmente almargen en su pnsamiento real. Eso se explica por lo siguiente: todaciencia consiste en un sistema de verdades, leyes y reglasgenerales, y por lo tanto abstractas, en relacir!con cualquierclase de objetos. El caso individual comprendido en ellas que sepresenta

todas las propiedades de los juicios que se ponen comofundamento de las categoras. En reiacin con las posiblescombinaciones conceptuales sealadas hay que observar adems quepueden tambin combinarse entre s de nuy diversas maneras, porejemplo, la cuarta figura con la segunda. Solamente cuande unaesfera que contiene otra total o parcialmente esr a su vz incluidatotal o parcialmente en una tercera, representan todas juntas elsilogismo en la primera figura, es decir, aquella combinacin dejuicios por la que se conoce que un concepto total o parcialmentecontenido en otro lo est tambin en un tercero que contiene a su veza este: o tambin, a la inversa, la negacin, cuya representacinsensible solo puede consistir en que dos esferas relacionadas no sehallan en una tercera. Si muchas esferas se abarcan de ese modo,surgen largas de los conceptos, cadenas de silogismos. | – En esteesquematismo que se explica ya bastante bien en muchos manuaies, sepuede fundamentar la doctrina de los juicios como tambin toda lasilogstica, con Io que la exposicin de arnbas se hace muy fcil ysencilla. Pues todas sus reglas se pueden comprender, deducir yexplicar en su origen a partir de ah. Mas no es necesario cargarlasen la rnemoria, ya que la lgica nunca puede ser de utilidad prcticasino solo de inters terico paralafilosofa. Pues aunque se puededecir que la lgica es al pensamiento racional lo que el bajogeneral a la msica y tarnbin, si lo tomamos con menos exactitud, loque la ticaa la virtud o la esttica al arte, hay que tener encuenta que

s3

92

soMETIDA At PRlNclPlo DE RAzN

abstracto conseguido de una vez nos resulta siempre ms accesibleque la investigacin emprica de lo individual. Pero con la lgicaocurte exactamente lo contrario. Eila es el saber general acercadel modo de operar dela razn, conocido a travs de laauto-observacin de la mis*» y la’abstraccin de todo contenido, yexpresado en forma de reglas. Pero ese modo de operar es necesarioy esencial a l mientras est entregada ella, as que en ningn caso se^part^rde a s misma. As que es ms fcil y seguro dejarle actuarconforme a su esencia en cada caso particular, que ponerle pordelante u saber abstrado de ese proceder en la forma de una leyajena dada desde fuera. Es ms fcil: porque, aun cuando en todas lasdems ciencias la regla general noi resulta ms prxima que lainvestigacin del casopatii.ular solo y por s mismo, en el uso de larazn, poi el coii?rario, su necesario proceder en el caso dado noses ms cercano que la regla general abstrada de 1, pues lo Quepiensa en nosotros es ya aquella ra2n mism.a. Es ms se&uro:pues con mucha mayor facilidad puede acaecer un error en dsesaber.abstracto’o en su aplicacin, que producirse una actuacin dela raz6n que contravugo r,r esencia, su naturaleza. De ah procedela particularidad de que, si en otras cicncias la verdad del casoparticular se comprueba en la regla, en la lgica, a la invgrsa,la.regla se ha de comprobar sicmpre en el caso individual: y hastael lgico ms experto, cuando observe que en un caso particularconcluye algo distinto de lo que enuucia la regla, antes buscar unfallo en la regla que en el razonamiento efectuado realmente por 1.As pues, pretender hacer un uso prctico de la lgica significaraquerer deducir de reglas generales con un indecible esfuerzo lo queconocemos inmediatamente y con la mxima seguridad en el casoindividual: sera exactamente igual que si uno eq su,p movimientospretendiera primero consultar lJmecnica y en la digestin lafisiologa: y el que aprende lgica para fines prcticos se asemeja alque qui-re instruir a un castor en ia construccin de su vivienda. -Aunque carente de utilidad prctica, la lgica tiene, pues, queconservarse porque tiene inters filosfico como conocimientoespecial I de la organizacin y accin de la razn. En cuantodisciplina cerrada, autnoma, completa en s misma, circular ytotalmente segura, est facultada para ser tratada por s misma eindependientemente cle todas las dems ciencias y ser as enseada enlas universiclades:l

«ruel que vale de una vez por todas; porque es infinitamente msfcil aplicar lo general que investigar desde el principio por smismo el caso individual qui se presenta’ I ya que el conocimientogeneral

despus.,

o’,.,»,:;»;»

«‘»‘il;»

saber general

pero su verdadero valor lo obtiene nicamente en conexin con elconjunto de la filosofa dentro de la consideracin del conocimientoy, por cierto, del conocimiento racional o abstracto. Porconsiguiente, su exposicin no debera tener la forma de una cienciadirigida a lo prctico ni contener simples reglas para la correctaconversin de los juicios, el razonamiento, etc., sino que debera msbien estar orientada a que se conozca la esencia de la raz6n y delconcepto, y a que se examine detenidamente el principio de razn delconocer: pues la lgica es una mera parfrasis de este, pero solopara el caso en que la razn que da la verdad a los juicios no esemprica o metafsica sino lgica o metalgica. Por eso junto alprincipio de razn del conocer se pueden citar las otras tres leyesfundamentales del pensamiento tan afines a 1, los juicios de verdadmetalgica; y dq ah resulta poco a poco toda la tcnica de la razn’La esencia del verdadero pensar, es decir, del juicio y elrazonamiento, se puede representar de la forma antes indicada apartir de la combinacin de esferas conceptuales conforme al esquemaespacial, y de l se pueden deducir mediante construccin todas lasreglas del juicio y el razonamiento. El nico uso prctico que sepuede hacer de la lgica consiste en que al disputar se muestran aloponente no tanto sus razonamientos defectuosos reales como susinferencias engaosas intencionadas, designndolas con su nombretcnico. Pero el hecho de contener la orientacin prctica de la lgicay subrayar su conexin con el conjunto de la filosofa como uncaptulo de la misma no debera hacer su conocimiento ms infrecuentede lo que ahora es: pues hoy en da todo el que no quiera permanecerrudo en lo principal y contarse entre la ignorante masa sumida enel embotamiento, tiene que estudiar filosofa especulativa: y elloporque este siglo xlx es un siglo filosfico; lo cual no quieredecir tanto que I posea una filosofa o que la filosofa seadominante en 1, como que est maduro pata la filosofa y,precisamente por eso, necesitado de ella: ese es un signo de unaelevada instruccin e incluso un puntE»firme en la escala de’lacultura de los tiempos2o. Por poca utilidad pctica que pueda tenerla lgica, no se puede negar que se invent a efectos prcticos. Sunaciniento me lo xplico del siguiente modo: cuando entre ioseleatas, los megricos y los sofistas se haba desarrollado cada vezrns el gusto por la disputa hasta convertirse poco poco casi en unaadiccin, la

56

20.

Vanse al respecto los captulos 9 y 10 del segundo volumen.

94

95

SoMETtDA AL pRtNctpto DE RAzN

confusin

.»,»,:.::;

;;»,

hacerles sentir la necesidad de un proceder metdico para cuyainstruccin hubo que buscar una dialctica cientfica. Lo primero-.que se hubo de observar era que las dos partes disputantessiempre i-tenan que estar de acuerdo respecto de alguna proposicina Ia que se pudieran remitir los puntos conflictivos en la disputa.El comienzo del proceclimiento metdico consistfa en expresarformalmente como tal esa verdad comnmente admitida y ponerla alfrente de la investigacin. Ma’s al comienzo .t»r propoii.iones noafectaban ms que al material de Ia investigacin. Pronto se cay enla cuenta

‘*;j,],

0.,»,»

hubo de

de que tambin en el modo en que se retroceda a la verdadcomnmente admitida y se prefendan derivar de ella las propiasafirmaciones, se seguan ciertas formas y leyes acerca de lascuales, sin haber acuerdo previo, nunca se disc’iepaba; por lo quese vio que tenan que constituir el curso peculiar y esencial de larazn rnisma, el elemento formal de Ia investigacin. Y aunque eltema no era susceptible de duda ni discrepancia, alguna mentesistem ticahasta la pedantera tuvo la idea de que quedara muybonito y completara la dialctica metdica si esa parte formal detoda disputa, ese proceder regular d 1a razn misma, se expresaratambin en principios abstractos que, al igual que aquellosprincipios comnmente admitidos en relacin con la materia deinvestigacin,’se pusiera al frente de la investigacin como I el’canon fijo del disputar al que siempre haba que volver la mirada yapeiar. Al pretender de este modo que en adelante se ieconocieraconscieniemente como ley y se expresarq :formalmente lo que hastaentonces se haba seguido como por acuerdo tcito o ejercitado comopor instinto, poco a poco se fueron encontrando expresiones ms olnenos p.if..t», para los principios.lgicos, rales ctr.,o elprincipio de contradiccin, en de nzn suficiente, el de tercioexcluso, el d.ictunt, de omni et nullozt, y luego las reglasespeciales de Ia silo.gstica como, por ejemplo, ex merispartiiutaribis aut negatiuis nihil seqtitur, a rationato adrationem non ualet consequentiin, etc. Que eso se llev adelante congran lentitud y atiga, y que hasta Aristteles qued muy incomplero,lo apreciamos en paire en la torpeza y prolijidad con que se sacanala\tzlas verdades lgicas en.21,. lLoque vale de todo vale rambindc cada individuo y )o que no vale de/La

nada no vale tampoco de ningn individuo.] ,22. [De premisasmeramente particulares o negativas no se sigue nada, inferencia dela consecuencia ala, razn no es vlida.] I

algunos dilogos platnicos, pero todava ms en el informe deEmprico sobre las disputas de los megricbs acerca de las leyeslgicas ms sencillas y simples, y el esGrzo que les costabaesclarecerlas.(Sexto Emprico, Adu. Math.,libro g, pp. 112 ss.).Pero Aristteles reuni, orden y corrigi todo lo que se habiadescubierto previamenre, llevndolo a una perfeccinincomparablemente superior. si se observa de este moo cmo el cursode la cultura griega haba preparado y dado lugar al trabajo deAristte_ les, menos inclinado se estar a creer las declarciones delos autores persas que/onel, my favorable a ellas, nos hatransmitido, a saber: que, entre los hindes, Caistenes habainventado y» un lgica complera y se la haba remitido a su fofuistteles (As;atic research.es, vo!. 4, p. 163). – Puedecomprenderse fcilmente que en la triste Edad Media-al esprituescolitico, vido de disputas y alimentndose solo de frmulas ypalabras a falta de todo .onocmiento real, la lgica aristorlica lehubiera de ser sumamente bienvenida, que se aferrara ansiosamente aella incluso en su mutilacin rabe y pronto la erigiera en el centrode rodo saber. pese a haber decado desde entonces su prestigio, haconservado hasta nuestra poca la fama de una ciencia autnoma,prctica y suma_ mente necesaria: incluso en nuestros das lafilosofa kantiana, que I tom_de la lgica su piedra angular, hadespertado un nuevo int.i. por_ella que, desde luego, merece a eserespecto, es decir, como medio para el conocimiento de la esenciadela razn. Los silogismos correctos en sentido estricto se realizancuando se examina con exactirud la relacin de las esferascorceptuales y, solo en el caso de que una esfera est contenida ensu toli» ,» otra y esta a su vez en una tercera, se reconoce quetambin la primera est contenida por completo en la tercera; encambio, elirte de la persuasin se basa en somete las re lacionei delas esfeialronceptuales a una consideracin meramente superficial yIuego defi_ nirlas unilateralmente conforme a las propiasintenciones, prlcipal-halla mente de_moc{o que, cuando la esfera deun concepto se solo en parte dentro de otra y en parte dentro deuna totalmente distinta, se la seala como incluida completamente enla primera o en la segunda,.segn el propsito del hablante. porejemplo, cuando se habla de la pasin se la puede subsumir avoluntacr uo et coneepro de la mxima uerza, del ms poderoso agentedel mundo, o baj el concepto de la irracionalidad y este a su vezbajo el de la impotencia y la debilidad. Ei misrno mrodo se puedeproieguir y volver a apli_ car en cada concepto al que conduzca eldiscurso. Caii si.*pre en la esfera de un concepto se dividen otrasvarias, cada una de las cualesSexto_.

58

96

MUNDO COMO REPRESENTACINen el suyo pero abarca contien una partedel mbito de la primera permite

;;;

.ro,’d,

examinar ms que «qo,ilu fuera de consideracin o concepto,mientras que las dms se dejan g» tttt truco se basan en realidadtodas las se mantienen ocultas’ l-

no se estas ltimas esferas conceptuales bajo la cual se quieresubsumir el primer

pues los sofisnas ilt d.;;»ri», toi ros sofismas sutiles:et’c»est claro que son ;;;t;;»‘;;»i *rni,,’, uelatus, .com.1’ttt’ts ‘Puesto que no tengo para un aplicacin real’

«*i»do

;;;;;#; ;;i;;y.»i.t.

peculiar ndole de los conhava demostrado que se encuenffan enla

J. que’h*»»ttotn tt hava reducido la esencia ni que sepr.ru^.i,. a esta ltima tazn de su.posibilidad

groserps

de

todo

59

y ya que ml m «cir. e., la forma de conocer de la razn’ aqu,q,:siera explicar el rema, I»»o.io hasta ;il;;r;-ir» la tablaadjunta; I en J; ;;t»nd»‘,

#;,;#ii;;;; cmo las esferaslconceptuales ^p»‘iiia’ de mortrnr!ff»

margen Para pasar ardiversas maneras y de ese modo dan queil.’,,. descle cada concepto a este o aquel otro’ Lo nico

tt

«

se

tocan entre

J. nluy

se d a estapequea explino deseo es inclucir.o» ttt t^bl^^que dela que pueda tener por su .*io» ,».i.ntal ms importancia tlegido elconcepto de naturaleza. Como eiemfll explicativo.he a s. xtindedentro del mbito de otras cuatro’

;l;i;;,

persuasor a voluntad: :i;’# il’ff ;'»1* ;;;;;l;darse yelalgunasde ellas a dos o esferasestas a su vez se

su esfera

volunil;; l» u.r, po, u, ?o»ltt-*l persuaso-r’toma su camino asu proal final’.segn cul.sea il;.;;t;.Lo ti fuera ellnico, v lasesferas nicamente,r,.iro. llesa a lo bueno o lo malo’ Al seguir

prop^g»» «^t^

;;;;;iln.r

urincinal) hacia la

;fi.t»;;;; i ,,r»» tif»gfttica, i;;;,,1″ i;l;;»ri

Tal sofisma Pero nunca volver atrs’ o de una estricta J; unir.urro continuado el segn lo uto»s»t el lado dbil del oyente’-En

ri.-ptt

la direccin desde,en centro (elconcepto

p.rift’l*,

sera si no lii,itori.tt, no ,. h».rn cle forma muy distinta:tCmo no solo sido diversas potut hubieran rosiblc que tantas.o*u-‘n ,op,r»rr^, (pues el erroi mismo tiene otro origen)’crrtclanrente despus se hubiea sittt tlettostraclas y poo»d», y sine{argo fllt:{ Pr ejemplo’ t» {U?::,» rlcscubierto que erantui.*.n'» la qumtca de stanl’ do l,cibniz-Volff, la astronoma dePtolorne-o’ de Newton, etc’, etc’24’ ia t.urfu de loscolores(nombres de los razonamientos caplnMentiroson, uvelado’,ucornudoo Eubulides).] r’ioros rlcl tncg;irico 24. Vase sobre estoel captulo 11 del segundo volumen’

.»r», J»*orr,»riones cieficas, en especial

las

23,

9B

:NDO COHOREPRESENTACINi:

l’ i «i i

?,

li:.,1

,i.

td»tt’oo’Leste se

nlNcrlo

DE RAzN

:»:ii:l

s10Contodoestosenosplanteacadavezmsdecefcalacuestinde .O*oconseguir l^ rrrt,za,cmo se han de fundamenta-r los iuicios’

:9.r.:

:i;1

f

halle condicionado por la rcz\ny que, hablando con exacti»

Sl:.i-Yr

.

«t-qta ;;;;;.flbxivo, ensalza*o, toto

tonslste el saber y

la cienla.que, junto con el lenguaje y elel tercer gran

Privilegio que ofre-

:.a.1

$lt$i

rud, no podamos decir de los animales que saben algo, si bienpo= seen el cnocimiento intuitivo, tambin el recuerdo para uso deeste y, justamente por eso, la fantasa que demuestra adems laexisten.i» d. ru.Ror en ellos. Les atribuimos concienciaBewulStseihl, asque el concepto de la misma, aun cuando la palabraesi tomada de (saber> fWissen), coincide con el de larepresentacin en general, del tipo que sea. Por eso tambinatribuimos vida a las plantas’ pro pues, la conciencia abstracta,el fijar no cncincia. – El sa.ber es’ de la razn lo conocido deotro modo’ en conceptos

60 op.r»r. I Ni siquiera existe n conocimiento

Yacas de su haber recibido. Por s sola no Posee ms que lasformas

cela raz6n, r La razies de,narural eza emenina: solo puede dardespus de’-

:4J

r*i

iI I I

racional totalmente principios a los.que he atribuido verdadpuro fu»r» de los cuatro lt.ofOgi.», o sea, los principios deidentidad, contradiccin’ tercio la lgica no excluso»y raznsuficiente dil conocer’ Pues el resto de puro, dado que suPone esya un conocimiento racional totalmente pero en gerelaciones ycombinaciones de las esfefas conceptuales: ms que despus de lasrepresentaneral los.n..pto, no existen .ion.t inruidv»s y tod» suesencia est constituida por su relacin supuesto no con ellas, porlo que ya las suponen. yT, dado que ese sino solo a se exde;d; d.ont.rrido determinado de los conceptos considerada como una;;;;;;;;;.n e.».»t, la lgica puede ser

i :i5:l..gi

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I $ tlEn este sentido, el verdadero opuesto del saber es elsentimientot cuya dilucidacin hemos, pues, de acometer aqu. Elconcepto designado por la palabr a sentimiento riene un contenidomerarnente negatiuo, en concreto, este: qu algo presente a laconcienciano es un coflcepto, un conocimiento abstracto de la razn:sea lo que sea aparte d eso, cae bajo el concepto desentimienlro,»cuya esferadesmesuradamente amplia abarca as lascosas ms heterogneas, sin que comprendamos nunca cmo coincidenhasta que no ngs damos cuenta de que solo concuerdan en ese rspectonegativo de no ser conceptos abstlhctas.Pues en aquel concepto seencuentran tranquilamente unidos los elementos ms diversos y hastadispares, por ejemplo, el sentimiento religioso, el sentimiento delplacer, el senti-

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ras dems ciencias ra raz6n ha represenraciones intuitivs’; en laniated.-i»sdees

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toda experiencia; en la ciencia natural pura,

rir , de las relaciones del espacio y el tiempq intuidasantes

decir’ enaquello que puro’ es de-

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conocemosantesdetodaexperienciaacercadelcursodelanatura-

[t», .i .»tt»nido de la cienia nace del entendimientocir, ielconocimienro a priori

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de la ley de la causalidad y su relacin puras del espacio y eltiempo.’ En todas las con aquellas intuiciones pertenece demsciencias, lo que no r. to*. de lo que acabo de citar

#

miento moral, el sentimiento corporal como tacto’ comodolor,como sentido de los colores, de los tonos y sus armonas ydesarmonas, el sentimiento de odio, de repugnancia, deautocomplacencia, del honor, de la deshonra, de la justicia,delainjusticia, el sentimiento de la verdad, el sentimientoesttico, el sentimiento de fuerza, de flaqueza, de salud, amistad,amor, etc. Entre ellos no hay ningn elemento comn ms que e Inegativo de no ser ningn conocimiento abstracto dela raz6n; peroeso resulta ser lo ms llamativo, cuando en aquel concepto seincluye incluso el conocimiento intuitivo priori de las relacionesespaciales y el del entendimient puro en su iotalictad; y, engeneral, de toclo conocimiento, de toda verdad de la que se esconsciente solo de forma intuitiva pero que todava no se hadepositado en conceptos abstractos) se dice que se siente- Amodorazn la constiruyen las condiciones formales del pensar)’ Cf.(trad. cast. cit., pp. 159 ss,) [N. d /a T.] 105ss.

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a la experien ca. sib en general significa que el espritu tiene,el que tienen ;»;. reproucir a voluitad los juicioses decir, quesurazn sufison.uerdade: ciente del conocer en algo fuera deellos,

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ross. As que solo el con-ocimiento abstracto es un saber; de ahque

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25,. *[El principio de razn suficiente del conocet] dice que’ siur juicio debe de esa propieexpresar un conoclmlento’ ha de teneruna razn suficiente: en virtud entonces el pridicado uetdadero’ Lauerdad .es, pues’ la relaci-n de .un

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