Libro no 792 modernidad inconclusa habermas, jürgen colección e o mayo 24 de 2014

  • Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular! 1 Coleccin Emancipacin Obrera IBAGU-TOLIMA 2014 GMM
  • Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular! 2 Libro No. 792. Modernidad Inconclusa. Habermas, Jrgen. Coleccin E.O. Mayo 24 de 2014. Ttulo original: Jrgen Habermas. MODERNIDAD INCONCLUSA Versin Original: Jrgen Habermas. MODERNIDAD INCONCLUSA Circulacin conocimiento libre, Diseo y edicin digital de Versin original de textos: http://www.omegalfa.es/ Licencia Creative Commons: Emancipacin Obrera utiliza una licencia Creative Commons, puedes copiar, difundir o remezclar nuestro contenido, con la nica condicin de citar la fuente. La Biblioteca Emancipacin Obrera es un medio de difusin cultural sin fronteras, no obstante los derechos sobre los contenidos publicados pertenecen a sus respectivos autores y se basa en la circulacin del conocimiento libre. Los Diseos y edicin digital en su mayora corresponden a Versiones originales de textos. El uso de los mismos son estrictamente educativos y est prohibida su comercializacin. Autora-atribucin: Respetar la autora del texto y el nombre de los autores No comercial: No se puede utilizar este trabajo con fines comerciales No derivados: No se puede alterar, modificar o reconstruir este texto. Portada E.O. de Imagen original: http://spectrummagazine.org/sites/default/files/imagecache/large_article_image/files/habermas.jpg
  • Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular! 3 Jrgen Habermas MODERNIDAD INCONCLUSA
  • Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular! 4 Jrgen Habermas MODERNIDAD INCONCLUSA Despus de los pintores y cineastas, la Bienal de Venecia ha abierto tambin sus puertas a los arquitectos. El eco de esta primera Bienal de Arquitectura fue la decepcin, y podramos describirla diciendo que los expositores de Venecia formaron una vanguardia de frentes invertidos [avantgarde a la inversa/LA]. Bajo el lema «El presente del pasado» sacrificaron la tradicin de la modernidad para hacer sitio a un nuevo historicismo: «Se ha pasado por alto que toda la modernidad se ha alimentado del debate con el pasado, que Frank Lloyd Wright no hubiera sido posible sin Japn, Le Corbusier sin la construccin antigua y mediterrnea, Mies van der Rohe sin Schinkel y Behrens.» Con este comentario fundamenta un crtico del FAZ [peridico alemn, N del E] una tesis que tiene, ms all de la ocasin, importancia para el diagnstico de nuestros tiempos [de la poca/LA]: «Lo postmoderno se presenta decididamente como lo antimoderno». Esta afirmacin puede aplicarse a las distintas manifestaciones de una tendencia de la sensibilidad contempornea que se ha infil-trado por los poros de los ambientes intelectuales y ha dado origen a todas esas teoras de la post-ilustracin, de la postmodernidad y aun de la posthistoria; en resumen, que ha hecho aparecer un nuevo conservadurismo. Adorno y su obra contrastan con esta situacin. Adorno se comprometi tan sin reservas con el espritu de la modernidad que en su intento de distinguir lo autnticamente moderno del mero modernismo percibi ciertos sentimientos de rechazo a la modernidad. Por este motivo, puede que no resulte inoportuno expresar mi agradecimiento por la concesin del premio Adorno mediante una reflexin acerca de qu sucede hoy con la conciencia de la modernidad. Est la modernidad tan pase como afirman los postmodernos? O, antes bien, resulta que la renombrada postmodernidad es nicamente algo phony? Es la postmodernidad una consigna en la que se concentran silenciosamente aquellas circunstancias intelectuales que ha venido suscitando la modernidad contra s misma desde mediados del siglo XIX?
  • Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular! 5 Los antiguos y los nuevos Quien data el origen de «la modernidad» hacia 1850, como lo hace Adorno, la considera con los ojos de Baudelaire y del arte de vanguardia. Permtaseme ilustrar este concepto de la modernidad cultural con una breve ojeada a su larga prehistoria, estudiada por Hans Robert Jauss. El trmino moderno empez a usarse a fines del siglo V para deslindar el presente que se haba convertido oficialmente en cristiano, del pasado romano-pagano. Con contenido variable, el trmino moderno ha expresado una y otra vez la conciencia de una poca que, frente al pasado de la antigedad, se comprende a s misma como resultado de una transicin de lo antiguo a lo nuevo. Algunos autores restringen este concepto de modernidad al Renacimiento, con el que comienza para nosotros la poca moderna, pero esto es histricamente demasiado estrecho. Es un fenmeno que aparece permanentemente en Europa cada vez que se forma la conciencia de una nueva poca mediante la redefinicin de su relacin con la antigedad, as como siempre que se consideraba a la antigedad como un modelo a recuperar a travs de alguna forma de imitacin: la gente se consideraba moderna durante el perodo de Carlomagno, en el siglo XII, as como en la Francia del siglo XVII, en la poca de la famosa «Querelle des Anciens et des Modernes». Hasta la ilustracin, la antiquitas haba funcionado siempre como un modelo normativo digno de imitacin. La fascinacin que los clsicos del mundo antiguo ejercan sobre la correspondiente modernidad se disolvi por primera vez con las ideas de perfeccin de la Ilustracin Francesa. Especficamente, la idea de ser «moderno» por dirigir la mirada hacia los antiguos cambi con la fe, inspirada por la ciencia moderna, en el progreso interminable del conocimiento y en el avance sin lmites hacia mejoras sociales y morales. A raz de este cambio se configur una nueva forma de conciencia moderna. El moderno romntico intentaba oponerse a los ideales de la antigedad clsica; buscaba una nueva poca histrica, y la encontr en la Edad Media idealizada. Sin embargo, esta nueva poca ideal, establecida a principios del siglo XIX, no permaneci como un ideal fijo. A lo largo del siglo XIX surgi de este espritu romntico aquella
  • Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular! 6 conciencia radicalizada de modernidad que se liber de todos los vnculos histricos especficos. Este ltimo modernismo simplemente establece una oposicin abstracta entre la tradicin y el presente, y, en cierto sentido, todava somos contemporneos de aquel tipo de modernidad esttica que apareci por primera vez a mediados del siglo pasado. Desde entonces, el rasgo distintivo de las obras que se cuentan como modernas es lo «nuevo», que ser superado y quedar obsoleto cuando aparezca la novedad del estilo siguiente. Por moderno se entiende ahora slo aqullo que tiende a dar expresin objetiva a la actualidad espontneamente renovada del espritu de la poca. Pero mientras que aqullo que meramente est «de moda» se convertir pronto en anticuado, lo que es moderno preserva un vnculo secreto con lo clsico. Por supuesto, siempre se ha considerado clsico a aqullo que sobrevive al paso del tiempo, pero lo enfticamente moderno ya no toma prestada la fuerza de ser un clsico de la autoridad de una poca pasada, sino que una obra moderna llega a ser clsica porque una vez fue autnticamente moderna. El producto absolutamente moderno obtiene esa fuerza tan solo de la autenticidad de una actualidad pasada. Esta transformacin de la actualidad de hoy en la de ayer es, a la vez, destructiva y productiva; es, como observa Jauss, la propia modernidad, que crea para s misma sus propios cnones de clasisismo, y en este sentido hablamos, por ejemplo, de modernidad clsica a la vista de la historia del arte moderno. La relacin entre «moderno» y «clsico» ha perdido claramente una referencia histrica fija. Adorno se opone a aquella distincin entre modernidad y modernismo «porque, sin el espritu subjetivo que surge de lo nuevo, tampoco cristaliza una modernidad objetiva» (Teora Esttica, p. 45). El Credo de la Modernidad Esttica Los principios de la modernidad esttica adquieren perfiles definidos con Baudelaire y su teora del arte, influida por E.A. Poe. Despus la modernidad se despleg en varios movimientos vanguardistas, y finalmente alcanz su clmax en el Caf Voltaire de los dadastas, y poco despus en el surrealismo. La modernidad esttica se puede caracterizar por las actitudes que se fueron formando en torno a la transformacin de la conciencia de la poca. Esta conciencia se expresa en la metfora espacial de la
  • Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular! 7 vanguardia, del avantgarde, la tropa de choque que avanza en un terreno desconocido, expuesta a los riesgos de encuentros repentinos y estremecedores, pero capaz de conquistar un futuro todava no ocupado y de orientarse, esto es, de encontrar su direccin, en un territorio an sin descubrir. Pero este avanzar a tientas, esta anticipacin de un futuro indefinido y contingente, el culto a lo nuevo, significa en realidad la exaltacin de una actualidad que da a luz pasados siempre determinados de nuevo subjetivamente. La nueva conciencia de la poca, que con Bergson penetra hasta la filosofa, hace algo ms que expresar la experiencia de una sociedad en movimiento, de una historia acelerada y de una vida cotidiana quebrada por discontinuidades. El nuevo valor atribuido a lo transitorio, lo elusivo, lo efmero, la celebracin del dinamismo, revela los anhelos [manifiesta la nostalgia/TD] de un presente puro, inmaculado y estable [inmvil/LA]. En cuanto movimiento que se niega a s mismo, el modernismo es «nostalgia de la autntica presencia». Esto, segn Octavio Paz, «es el tema secreto de los mejores poetas modernistas». Esto explica el lenguaje bastante abstracto con que el temperamento modernista ha hablado del «pasado» (abstraccin del lenguaje; talante moderno/JLZ), y la oposicin abstracta a la historia que, de este modo, sacrifica la estructura de un sucederse tradicional y compartimentado que garantizara la continuidad. Las
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